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"la misma Oscuridad, el mismo Dolor, un solo Infierno..."

25 de Septiembre de 1995 

Centro Orfanatorio Hope Childrens.

Jimin Park y Rosanne Park Chae-young eran dos hermanos abandonados por sus padres biologicos en un hospital para niños huérfanos.

Sin recelo desde la puerta principal, parado, completamente frio, Jimin vio como su madre se alejaba lentamente hacia el carro de su padre con la excusa burda de "El dinero no nos alcanza para ti y tu hermana" dejándolos a merced de personas completamente desconocidas, contando que talvez sus intenciones de regresar cuando las condiciones económicas volverían a ser beneficiosas para la familia de a cuatro eran en su totalidad nulas.

Totalmente abandonado y con tan solo diez años de edad, Jimin cargaba con la responsabilidad de proteger y mantener a su pequeña hermanita de tan solo siete viva dentro de la cárcel "Humanitaria" con cantidades de niños con problemas mentales que se querían aprovechar de ella sin medir distancias.

El día a día era tedioso para ambos pequeños, pero Jimin siempre encontraba la manera en como esa carga no se instalara en la espalda de su hermana menor; Pues no se lo perdonaría.

Es su hermano mayor, su sangre, su fuerza y talvez...lo único que le quedaba.

—¡Son las dos y media de la tarde y tu no haz ido almorzar Jimin!—Grito sulfurada su nana de hospital.—¡VE DE INMEDIATO!—Su regordete y blando brazo se estiro en dirección a la cocina.

—No quiero...déjeme en paz.—Contesto suave y un la voz un poco baja. La señora abrió los ojos con sorpresa chirriando sus dientes en un acto desesperado de frustración interna con el pequeño que tapaba sus oídos para no escuchar ese molesto sonido.

—¡Te vienes inmediatamente conmigo! —Lo tomo de su bracito apretándolo con innecesaria fuerza.

—¡¡¡¡¡¡Suélteme vieja grasienta!!!!!— Empezó a gritar mientras era arrastrado por todo el pasillo.

 —Ya veras lo que es bueno Jimin...y prontamente tu hermana también.

Al final del pasillo se escucho un augurio de dolor mezclado con miedo y desespero. Lo que les esperaba a los pequeños hermanos Park era casi siempre lo mismo, pero esta vez tenia un tinte mas carmesí. Diferente.

¿Por qué mencionan a Rosé cuando es el que no quiere comer?

¿Por qué ambos tenían que pagar los pecados del otro?  

¿Sera que descubrieron al fin todo lo que estaban ocultando por tantos meses?

¿Sera que los asesinatos de Rosé al fin ya habían salido a la luz?

Joder.

Llego arrastrado a la misma ducha mohosa y pestilente a la cual siempre lo metían cada que desobedecía. El agua siempre caía fría, pero esta vez ante sus pensamientos previos esta cayo como un balde de hielo puro quemando cada rincón de su cabeza, pecho y espalda. Debía agradecer que ese tipo de castigos solamente le tocaran a el en ese maldito orfanato. Pero al sentir que la presencia de su niñera volviera a gobernar el lugar junto a unos gemidos pequeños de pánico, le hizo erizar todos los bellos de su nuca.

No podía estar pasando.

No ella.

No ahí. 

—¿Qué hace? ¡Suelte a mi hermanita!—La niña se soltó de un jalón brusco apurada al encuentro de su hermano mayor el cual la recibió con un empujón en su pecho, evitando que entrara al chorro de agua gélida. Los ojos de la menor se aguaron inmediatamente a tal rechazo.—N-no pequeña solamente no quiero que te mojes, enfermaras.

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⏰ Última actualización: Jan 18 ⏰

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