Sasuke y Naruto ya habían realizado sus carreras profesionales, el primero era uno de los abogados mas famosos y reconocidos del continente, el segundo era un diseñador de indumentaria, que a nivel mundial vendía sus productos aclamados por el público.
Naruto Uzumaki, famoso no solo por sus prendas de ropa, sino también por su apariencia, su cabello rubio y llamativos ojos azules, se había enamorado de Sasuke desde el primer momento en el que lo había conocido, cuando tuvo que tomarle las medidas para hacerle un traje de diseño a mano. Ese día, la atmósfera en la habitación era rara y hasta tensa, nadie negaría la atracción que sintieron en primera instancia, nadie excepto Sasuke Uchiha.
Morocho y de ojos negros, todo en el aura del joven gritaba peligro y no acercarse; era famoso porque todos temían a enfrentarse a él en un caso, era implacable sin importar que rol ocupara en las causas. Independientemente de la seguridad que Sasuke mostraba en la corte, sentimentalmente no era de esa manera, por lo que cuando sintió la conexión con Naruto, la rechazo automáticamente.
El rubio era latino, por ende, el hecho de ser homosexual no había representado un problema como tal, debido a su seguridad propia y el apoyo de sus padres; contrario a él, el morocho venía de una familia tradicional japonesa, donde no era admisible tal orientación.
Les tomo años llegar a donde estaban en ese momento, aceptando su orientación sexual, sin importar las criticas que le hicieran, y siendo felices juntos. En ese tiempo contrajeron matrimonio, aprendieron a amarse y respetarse, apoyarse en el otro. Aunque, a sus 28 años, ambos anhelaban algo, que no se animaban a pedirle al otro, algo que biológicamente no podían obtener por su cuenta como una pareja heterosexual.
Un hijo.
A pesar de la personalidad fría de Sasuke, él quería compartir un niño con su amado, verlo cargar al niño o niña, y jugar siendo ambos tan activos como el rubio; lo mismo sucedía con Naruto, sabia que su esposo sería un padre maravilloso y que tendrían una vida aún más feliz de lo que eran ahora.
El día que confesaron ambos su sueño, de formar una familia, lo celebraron primeramente en la cama, y luego hablaron bien del tema. El Uzumaki le había dado su postura en cuanto al asunto -única que Sasuke respetaría a rajatabla y no argumentaría en contra revelando el abogado que era-, quería adoptar a un niño. Naruto había sido huérfano cuando era un niño pequeño, por lo que se llenaba de ilusión en poder ayudar a otro que se encontrara en la misma situación, tal como su padrino Jiraiya lo había hecho con él en su momento. El Uchiha lo acepto sin miramientos, pero había un problema con eso que ninguno se imaginó.
Como ya sabían, a Sasuke le costaban de sobre manera las relaciones interpersonales, ni hablar de sentir una conexión; si fuera por Naruto hubieran adoptado a cada niño que vieron en los 7 orfanatos que llevaban visitando, pero el morocho, a diferencia de su esposo, no lograba congeniar con ninguno de ellos, todos le rehuían y temían en cuanto lo veían entrar. Era algo entendible si lo pensaban, el Uchiha era alto e imponente, con un aura dura que intimidaba a los niños.
Esa cuestión había resultado problemática, incluso aunque el hombre no lo admitiera, comenzaba a carcomer su cabeza que nunca encontrarían un niño que adoptar y amar, y que seria su culpa. Pero Naruto nunca le permitió considerarlo mas de unos segundos, siempre le repetían que ya encontrarían a su niño destinado, y que lo sabrían porque ambos se enamorarían de él y conectarían los tres para formar una familia.
Fue en el octavo orfanato cuando encontraron ese niño, o niña en realidad.
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Familia de tres. SasuNaru y Sakura.
FanfictionSasuke y Naruto soñaban con un hijo, quien diría que seria una niña de cabello rosa. Pequeños relatos, que cuentan su historia juntos como una pequeña familia. Los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto.