Familia de tres. SasuNaru y Sakura.

¡Nuestra hija dattebayo!

Naruto estaba acostumbrado a que Sasuke desapareciera durante las horas en las que estaba en los orfanatos. Al principio sabia que realmente lo había intentado, acercarse a los niños y hablar con ellos, pero frente al constante rechazo, había comenzado a alejarse él también. Temía que su esposo se rindiera al sueño que compartían.

Por ese mismo motivo fue que se sorprendió tanto cuando el Uchiha entro a la sala donde estaba él, con una niña tomada de la mano. Ella era pequeñísima al lado del metro noventa y cuatro de su esposo, su cabello era de un rosa muy bonito a pesar de estar descuidado y percudido, pero se maravilló sobre todo por la forma en la que se veían.

Ella miraba hacia arriba, lógicamente por la diferencia de estatura entre ellos, y venían hablando de algo que la hizo sonreír. Su corazón latió rápido al ver la dulce mueca en el rostro de la niña, su sonrisa era grande y sincera, y sus ojitos verdes miraban con anhelo escondido en dirección al morocho.

Al mismo tiempo, esos ojos negros de los que se había enamorado años atrás, también miraban a la niña con el mismo sentimiento, anhelo, cariño, sueños. Sin darse cuenta, su propia sonrisa de extendió por su rostro, porque Sasuke miraba a esa niña de una forma muy similar a la que lo miraba a él.

Camino unos pasos para aparecer en su campo de visión, y en cuanto el Uchiha lo vio, camino hacia él, aun tomado de la mano de la niña. Naruto mantuvo su sonrisa, porque no paso desapercibido para su visión, como su esposo no soltaba la mano de la pequeña, y miraba a los costados, luego a la mano agarrada a la suya y a su esposo, y repetía la tripe rotación, era como si temiera que alguien viniera y se la sacara de las manos -aunque sabía que eso sería imposible, porque aparentemente Sasuke ya la había elegido como su hija, y que la llevara a él era una presentación más que una pregunta-.

- Naruto, ella es Sakura-

Vio como los niños que estaban a su alrededor se alejaron al ver al morocho llegar, pero este ni siquiera volteo a verlos, se mantuvo intercalando su mirada entre su esposo y la niña que todavía sostenía de la mano.

- Hola Sakura-chan. Parece que conociste a mi esposo-

Las mejillas de la niña se sonrojaron al tener cerca al rubio, que a diferencia del morocho se había acercado sin miramientos y le hablaba en confianza. En un movimiento para nada sutil, se escondió detrás de las piernas del Uchiha, sin soltar la mano, en busca de protección.

- No tienes que esconderte, Naruto es mi esposo, es a quien quería presentarte-

- Hola- dijo despacio asomando la cabeza sin retirarse por completo de su escondite, lo que le parecio en extremo tierno a ambos hombres.

En ese momento, la pelirroja encargada de ese orfanato apareció. Ellos sabían que ella estaba interesada en su dinero, pues habían hecho donaciones en los anteriores orfanatos y la voz se había corrido, por lo que ahora cada vez que llegaban a uno nuevo, mas que permitirles conocer a los niños, les daban a conocer las cuentas bancarias donde depositar el dinero.

- Sasuke-san, veo que encontró una niña de su agrado- pero el morocho la ignoro completamente, solo miraba a la niña y a Naruto. - Oh, no esperaba que Sakura llamara su atención. Si quieren puedo presentarles otros niños mejores que...-

No termino su oración que Sasuke se volteo a mirarla. ¿Había dicho otros niños mejores? Ella a sus ojos ya era su hija,y  no había nadie mejor que su hija. Frunció el ceño y miro muy molesto a la chica, que en cuanto lo percibió, dejo de hablar.

- Si vueles a decir algo como eso, me encargare de que mueras en la cárcel-

El duro tono de voz asusto a los niños que quedaban, pero Naruto presto atención a la reacción de la niña. Ella permanecía escondida detrás del hombre, con una de sus manitos agarrada por Sasuke, y la otra aferrada a su pantalón. Lejos de asustarse y tomar distancia -como los otros niños habían hecho- ella parecía afianzar su agarre en el hombre. Miro sus ojitos, de un verde que nunca había visto antes, puro y brillante, que miraban con asombro a Sasuke, porque quizá él había sido la primera persona que la había defendido, y también mezclado había anhelo, un silencioso deseo que no la dejara atrás.

Sonrió aún más y lo vio por primera vez, levaban conociéndose cuando mucho media hora, y parecía que Sakura estaba dispuesta a aferrarse a Sasuke por el resto de su vida, y él a matar a la mujer porque había dicho que había niños mejores que ella. Vio el amor que comenzaba a formarse entre ellos dos, y se dio cuenta que quería formar parte de ese vínculo.

Sakura no era solo la hija de Sasuke, también era suya, su hija.

¡Tenían una hija dattebayo!