Acostumbrandonos.

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Los meses pasaban y la familia Uchiha-Uzumaki se iba amoldando perfectamente bien.

Esa tarde, Sasuke volvía del trabajo, estaba cansado porque estaban manejando una gran cantidad de juicios a la vez; ser uno de los mejores era altamente gratificante, eso además de los beneficios como los contactos y su gran sueldo, pero también venia de la mano con la responsabilidad de ganar los casos y la cantidad de solicitudes que recibía su despacho.

Estaciono su auto a lado del amarillo de su esposo – Si, amarillo, Naruto era realmente llamativo en todos los aspectos de su vida, pero era de las cosas que mas amaba de él-, y entro a la casa.

La entrada de la casa, que antes usualmente estaba ordenada, ahora tenía peluches y muñecos tirados por todas partes, al igual que prendas de ropa y zapatos de la niña, y dibujos de su esposo, siempre con la misma modelo de ya 7 años y cabello más largo rosa. Era una escena que se había vuelto cotidiana para él, aunque lo que si fue raro, fue la escena que vio al llegar al living.

- ¡Papá! - su pequeña hija corrió hacia él gritando. – ¡Mira lo que hemos estado haciendo con Papi! - dijo poniendo sus pequeñas uñas frente a los negros ojos de su padre.

- ¿Te pintaste las uñas? Es un lindo color bonita- le sonrió este, al mismo tiempo que buscaba con la mirada a Naruto.

Pero eso no era todo lo nuevo en su hija, también estaba usando una pequeña bata rosada, con pantuflas felpudas del mismo color, y en su cabeza una especie de gorra, también rosada, que cubría su pelo. Si, su esposo tenia la manía de comprarle/hacerle prendas de distintas variantes del color rosado a su hija, porque decía que la hacia aun mas adorable, y él no lo discutiría, su hija era adorable.

No le sorprendió encontrar al rubio en condiciones similares a la niña, pero en color naranja, incluso soltó una pequeña risa nasal porque era algo bastante cómico. No menor detalle, era que sus ojos azules resaltaban de sobremanera al tener el rostro la misma crema blanca que la niña.

- Sasuke, llegaste temprano- se acercó a ellos.

- Si, no me gusta no cenar con ustedes- le dio un pequeño beso en los labios a su pareja, saboreando sin querer un poco de la pasta blanca que tenía por todo el rostro. Sabia a limón y pepino. -Ahora díganme que es todo esto-

- Papi dijo que teníamos que tener un día de spa de padre e hija. - le respondió la niña, señalando con su manito a ella misma y a Naruto, como queriendo mostrarle que estaban combinados por ese motivo.

- ¿Padre e hija? ¿Y porque no me llego la invitación, yo también soy un padre? - En chiste, provoco a ambos.

- Eso es porque te estábamos esperando cariño- le extendió una tela que estaba en el sofá, que, al verla en detalle, también era una bata, pero en un tono azul oscuro, muy lejos del rosa suave de Sakura y el llamativo naranja de Naruto, perfecta para él.

No paso mucho antes de que su hija y esposo lo mandaran a cambiarse. Se coloco la bata y las pantuflas -porque el Uzumaki se había encargado de que todos los miembros de la familia tuvieran el set completo para el día de spa-, y fuera lo esperaban aquellos dos torbellinos.

Pusieron esa pasta rara en su rostro, que según le dijeron era una mascarilla efectivamente de limón y pepino, también una crema en su cabello y la gorra a juego, para hidratarlo y recuperar las puntas rotas y secas, e incluso su pequeña niña lo convenció de pintarse las uñas.

Al principio se había mostrado reticente a permitir que sus uñas tengas capas de barniz, pero al ver la emoción de las dos personas que mas amaba, lo permitió, aunque solo si era un suave brillo, porque a diferencia de Naruto que podía ir a desfiles con una manicura de aquel rosa chillón, él no podía ir a un juzgado con las uñas rojas como le habían insistido.

Si, quizá antes su vida era ordenada y prolija, nada tirado o fuera de lugar, pero no se arrepentía de haber traído a aquella niña a sus vidas. Ahora Naruto y él brillaban aun mas que antes, tanto en sus trabajos como en pareja, Sakura los revitalizaba. Su rubio esposo sonreía con mas luz en sus ojos que antes, y tenía una musa que lo inspiraba para crear nuevas colecciones constantemente, incluso con quien hacer aquellas cosas como días de spa. Por otro lado, él también se notaba distinto, si con Naruto, quien era la luz de su vida, había aprendido a amar y brillar, a su pareja sumarle Sakura, estaba en el mismo cielo, ellos eran todo lo que amaba y necesitaba.

Si, definitivamente estaba acostumbrándose a esta nueva realidad, y la amaba. 

Familia de tres. SasuNaru y Sakura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora