ɪᴍᴀɢɪɴᴇ •ʟꜱ• ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀꜱᴇ

19

Especial Nueva York
Alpha...: Primeros años
5/?

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Amor.

La palabra era demasiado grande pero para Harry y Louis se sentía prácticamente insignificante.

No tenía valor. No cuando habían mil y un formas de incrementar el sentimiento con acciones.

La palabra amor no significaba nada al lado de los besos dulces que se daban, no significaba nada después de una noche compartiendo recuerdos, y era aquello lo que hacía que la magia se viera más como una realidad que como una posibilidad.

Ahora mismo Louis no sabe cómo expresar el gran sentimiento que su corazón siente, por qué la palabra que tanto se usa ha perdido todo su valor después de todo lo que han pasado juntos, después de todas las risas y el apoyo. Después de los días de lluvia y los besos robados.

"Toma, pruébalo." Murmuró él omega con mejillas sonrojadas, Harry volteó a verlo y negó.

"Es tuyo." Dijo simplemente.

"Por favor, mira, te está haciendo una carita." Señaló la copa de helado que tenía entre manos, el Ojiverde lo vio de reojo y río con suavidad.

"Si, Lou, ya ví que me estás haciendo pucheros." Pasó su dedo pulgar por los labios del más bajo, recogiendo el sabor a mango del helado. "Dulce." Fue su observación final, parpadeando con tranquilidad al suave ojiazul parado a un lado suyo.

"¿Te gustó?" Pregunto juguetón, colgándose de su brazo.

"No tanto como me gustas tú, pero estuvo bueno." Hizo saber con sinceridad, amando el inmediato sonrojo de su castañito.

El más bajo saltó alegremente y se puso frente a su Alfa, cruzó ambos brazos tras su nuca y lo atrajo en un beso sensible. El cuál, si duraba más, se convertiría en algo no apto para todas las edades.

El ojiverde se encargó de cortar el beso cuando sus manos comenzaron a picar y Louis comenzó a soltar pequeños sonidos entre sus labios. Exhaló aire caliente y con los ojos entreabiertos lo observó. El contrario se mantenía persiguiendo sus labios con su pequeña y pomposa boca.

"Amor, este es un show familiar." Susurró el Alfa con voz ronca, tarareando divertido cuando el más bajo rodó los ojos.

Louis bufó y bajó en sus talones, abandonando el ambiente cálido que se había formado en la unión de sus rostros.

"No seas tonto." Mordió suavemente su nariz y se separó finalmente, dedos débiles cuando abandonaron el cuello de su Alfa. "¡No!" Exclamó casi al segundo, Harry se estremeció considerablemente cuando el helado de mango resbaló por su camiseta y se mantuvo en silencio, algo avergonzado cuando las personas los voltearon a ver. "¡Mi helado!" Siguió el más pequeño con ojos llorosos.

Este se ruborizó apenado, sin embargo se quedó en silencio, aguantando algunas lágrimas que querían caer de entre sus ojos.

"Tranquilo, amor. Te cómprate otro." Trató de apaciguar el mayor, algo inquieto cuando el más bajo dejo escapar unas cuantas lágrimas. "No llores por favor, los soles iluminan con sonrisas, ¿Mhm?, Déjame verla, por favor." Limpió descuidadamente las lágrimas de su muñequito con sus pulgares, dejando pequeños besos en su frente. "Te compraré otro, vamos amor, los omegas hermosos se ven más hermosos al sonreir, anda." Mimó detrás de sus orejas cuando el más pequeño hipó.

"No quiero que gastes dinero en mi, odio que lo hagas, no quiero aprovecharme de ti, por favor llévame a casa, Alfa." Pidió entre lloriqueos.

El mayor chasqueo la lengua con molestia al escucharlo, no veía nada de malo en gastar su dinero en cualquier cosa que el más bajo deseara. Claramente no era su dinero aún, pero lo sería. Tal vez a Louis le intimidaba un poco lo molesto que sonaba su padre con las cantidades exorbitantes de dinero que gastaban con las tarjetas, pero Harry solo sentía que estaba exagerando.