Han pasado unas semanas desde que visitaron a los padres del el pequeño Omega ojiazul, Louis.
Realmente no es algo que emocione mucho a Harry, los padres de su prometiso son encantadores, su madre siempre huele a galletas. Cocina muy bien, también. Louis no heredó eso último, lastimosamente, y aunque ha tenido que reconstruir la cocina un par de veces, él sigue siendo su pequeño rayo de sol.
"¿Me veo bonito así, Alfa?" Louis da una vuelta en su propio eje, él tiene puesta aquella falda que compraron para probar hace unos años. Harry suelta una risa y acomoda su corbata.
"Eres el omega más precioso que mis mundanos ojos han visto. ¿No quieres ser mi omega y llevar mi marca en tu lindo cuello hasta el fin de nuestros días?"
Es una pregunta que Harry siempre le hace al amor de su vida, sin importarle el hecho de que el menor ya tiene una gran mordida en su hombro y un anillo en su dedo anular.
Louis suelta un chillido finalmente, emocionándose justo como la primera vez que escucho aquellas palabras. Da muchos saltos y llega a su Alfa, rodea su cuerpo con sus brazos ligeramente gorditos y se esconde en su pecho, olfateándolo y ronroneando.
"Me encantaría demasiado ser tuyo por toda la eternidad" Murmura en voz baja. Él tiene un color rosadito sintiendo sus mejillas, y siendo sincero, se ve precioso. "También quiero tener a tus cachorros."
"También quiero que tengas a mis cachorros, mi amor." Dice finalmente, besando su cabecita.
Terminan separándose al final, ya que la madre de Louis ha hecho una llamada de un momento a otro, preguntándoles si ya venían o se retrasarían otra media hora. La comida estaba más fría que el polo norte, ¡Que desconsiderados!
Ellos llegaron en poco tiempo, Louis es una pequeña pulga al abrir la puerta. Saltando de aquí a allá, abrazando a su padre y dando besos en las mejillas de su madre, completamente feliz y risueño.
"Alyssa." Saluda Harry. Cortés y educado, besa su mejilla. No obstante, la tensión está en el aire, probablemente ellos comenzarán a pelear pronto. No es una novedad en realidad.
"Harry." Ella responde, haciéndose a un lado y cerrando la puerta tras el gran cuerpo del Alfa.
Pasan unos cuantos minutos y ahora ellos se encuentran comiendo comiendo, la televisión encendida en un documental sobre la segunda Guerra mundial. La casa huele delicioso, la comida es rica y abundante, pero simplemente no puede soportar el tener a su Omega sentado al lado de su padre y no en su regazo, como siempre lo tiene. Tan pequeño y abrazable, sus extremidades hormiguean por tenerlo junto a él.
Suelta un suspiro bajo, Alyssa llega y se sienta a un lado suyo. Sabe que comenzará la pelea por que ella abre el album de fotos de Louis en sus manos. Un gran libro viejo lleno de preciosos recuerdos, tantos que los ojos de Harry brillan con emoción.
Seria un milagro si cada vez que van a visitar a los padres de Louis, Harry no tratara de robarle fotos a Alyssa. La omega es totalmente posesiva con los recuerdos que tiene de su cachorro, le parece totalmente inaceptable que el ojiverde tome las fotos preferidas de su pequeño como si estás le pertenecieran solo a él.
"El tiene cinco aquí, fue su primera vez comiendo choco-.."
"Esta será mía." Harry la interrumpe cuando su mirada cae en la foto de su lindo omega mirando fijamente a la cámara. Hay una flor turquesa entre sus cabellitos y él solamente quiere tener esa foto para si mismo. Ahora.
"Que no, esa es mía. La tomé yo y es mi cachorro." Alyssa se ve totalmente enfadada, ¿Qué se creía ese Alfa?, venir a su casa y tratar de robarle fotografías. Suficiente tenia con que ya se haya robado a su pastelito y lo mantuviera lejos de sus amorosos brazos.
"Es mía. Louis es mío, y él está en esa foto, así que es mía." El argumento que da suena totalmente válido en su cabeza. En realidad el está quedando como un cachorro berrinchudo. La diversión es palpable en las dos personas fuera de la conversación. No puede evitarlo, su omega luce como un lindo ángel allí. Él sólo necesita esa foto para vivir en paz. Solo esa. Bueno, tal vez le robará unas cuantas más, pero Alyssa no se dará cuenta al estar reclamando por esta misma.
"Escúchame muy bien, Alfa, no puedes venir y robarte cada foto de mi pequeño. Este es el último álbum que tengo, ¡Te llevaste todos!"
Hay silencio en la sala. Richard se encoge en el sillón y Louis ríe en voz baja. Estas cosas siempre sucedían.
"Mami, no te exaltes. Harry no tomará ninguna fo-.."
"Pero.." Harry trata de interrumpir, el está preparado para darle la contra a su Omega. El definitivamente va a llevarse esa foto. Es más, se irá de esta casa con el álbum completo, uno más a su colección.
"No tomará ninguna foto, y te devolverá los álbumes que se llevó." El ojiazul alza la voz, ignorando completamente la interrupción del mayor. Su madre luce satisfecha después de oírlo y se levanta, deja el álbum sobre la mesita de centro. Pasa las manos por su vestido, alisando algunas arrugas.
"Traeré unas cuantas galletas, ya van a ser las cinco." Ella dice, su cuerpo desapareciendo por la cocina. El omega menor vuelve a caer en el respaldo del sofá. Se acurruca contra los brazos de su padre y su mirada viaja al Alfa sentado en el sofá de la izquierda. Harry le da una mirada de pupilas dilatadas, e inmediatamente abre el libro y saca la dichosa imagen, guarda la foto en uno de sus bolsillos, una sonrisa de lado pintada en su rostro durante todo el proceso.
El más bajito rueda los ojos y le saca la lengua a su Alfa, esta siendo totalmente infantil. Tiene muchas fotos en casa y aun así quiere más. Parece un cachorro, mucho más posesivo y celoso que un Alfa adulto.
"Me gustaría mucho que se queden a dormir." La voz ronca del Alfa mayor se hace escuchar segundos después. La pareja de enamorados alza la mirada, prestándole suma atención al pelinegro. Era muy difícil el dormir en aquella casa. Era tibia, acogedora, limpia y olía bien, pero era muy pequeña, solo habían dos habitaciones y una de ellas era la habitación de su omega en la adolescencia. La cama de ahí era diminuta. Las pantorrillas de Harry sobresalían fuera de la cama y las patadas de Louis lo tiraban al suelo en la media noche. "No pongan esas caras. Harry, puedes dormir en el sillón y mañana podríamos tomar un desayuno en familia."
"Eso sería agradable, papi." La vocecita aguda de Lou resuena en la pequeña sala de estar. Ambos alfas sienten una ola de ternura y necesidad de protección llenando sus sentidos. Imposible no querer hacer y darle lo mejor a este bello Omega. "Nos quedaremos."
Lo único que Harry puede hacer es asentir a lo que su omega dice, su boca picando por decir que no. Sus costillas comenzaron a doler con solo recordar la forma en la que el más pequeño se comportaba entre sueños.
Bueno, al final, él vive para complacer en todo a su bello omega.
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ɪᴍᴀɢɪɴᴇ •ʟꜱ• ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀꜱᴇ
FanfictionEn donde Harry y Louis tienen la relación más linda de todas. Ellos no pueden ser más felices.