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Adentrada la madrugada, TaeHyung se despertó con la garganta seca y enseguida se levantó a buscar sangre en la nevera de su habitación.

A poco más de cinco meses luego de habar dado inicio a su nueva vida como Amethystos, tanto TaeHyung como JungKook y Sabrine se habían acoplado bastante bien. Sin embargo, aún no confiaban del todo en "sus amas". Era lógico, teniendo en cuenta que, a pesar del medianamente buen trato que recibían, mantenían una vida de esclavos.

Claro que, además, habían algunos hechos chocantes que les hacían ver que la realidad de los vampiros era bastante diferente a como lo relataban en las películas, como el hecho de que los colmilludos sí dormían y la luz del Sol no les afectaba en lo absoluto. A Sabrine también le encantó saber que jamás en su vida sabría lo que era menstruar, aunque sí tomó muy en cuenta el consejo de sus mayores de que tuviera cuidado con las relaciones sexuales porque los vampiros eran sumamente fértiles.

Pero, volviendo al chico que recién despertaba; en cuanto notó que su nevera estaba vacía, comenzó a desesperarse.

No quería, pero si no deseaba descontrolarse, debía molestar a Danielle...o al menos entrar a su habitación y robarle una botella de sangre.

Mas no llegó a avanzar mucho puesto que, apenas puso un pie dentro del cuarto ajeno, sus lilas ojos se quedaron embobecidos con la imagen que apreciaban.

Era costumbre para Danielle dormir semidesnuda o con pequeñas pijamas de seda (como era el caso) y la luz de la Luna que se colaba por la ventana resaltaba a la perfección dicha prenda y la piel de la pelinegra, quien dormía plácidamente con las sábanas rojas enredadas entre sus muslos.

Puta escena cliché, pensaba TaeHyung para sus adentros, sin embargo, se contradecía a sí mismo al no dejar de observar a "su ama", cuyo cuello se hallaba al descubierto y aquello sólo hacía que su sed de sangre aumentara.

¿Qué se sentirá probar de su sangre?, se preguntó el muchacho y sonrió ladino.

Sabía que Danielle probablemente lo mataría luego...pero valía la pena morir si de probar aquella sangre se trataba, por lo que no tardó mucho en sentarse a un lado de la durmiente Ruber e inclinar su torso.

La curva de su cuello tenía una sutil aroma a pino que el Amethystos tomó como invitación para clavar sus filosos colmillos en la suave y tostada piel ajena.

Danielle enseguida se despertó ante el contacto mas, cuando quiso apartar al chico, no pudo, pues se encontró a sí misma gimiendo de placer.

Las femeninas manos serpentearon un camino desde los hombros a la espalda de TaeHyung y lo ayudaron a acomodarse mejor sobre Danielle.

Él chupaba con delicadeza y se tomaba el tiempo de saborear la sangre de la Ruber, pero se sintió demasiado tentado con los gemidos de la susodicha y aquello pronto hizo que una tensión se formara poco más abajo de su pelvis.

Ella lo sintió y no dudó en abrir sus piernas, dejando que ambas anatomías se acoplaran de manera exacta y muy pronto comenzaron un vaivén de caderas.

Gemidos femeninos y jadeos guturales masculinos llenaron la habitación durante un buen rato.

Ambos chicos estaban en su burbuja, disfrutándose mutuamente, hasta que la realidad azotó de manera repentina a Danielle, hacíendola detener el paseo de sus manos por todo el cuerpo de TaeHyung.

El Amethystos estaba succionando demasiada sangre. Debía parar.

-TaeHyung-gruñó. El placer había sido reemplazado por un dolor agudo, pero el chico no se detenía-¡TaeHyung!¡Para!-y un fuerte empujón fue suficiente para separarlo de ella. El alivio poco a poco la inundó, mas no iba a dejar que el castaño, quien la miraba con deseosos ojos desde una esquina de la cama, se marchase así sin más-¡Imbécil!¡Casi me matas!¿¡Por qué carajos viniste a mi habitación en primer lugar!?¿¡Y por qué carajo chupas mi sangre!?

⟣ᎻᏆᎠᎠᎬΝ ᏀᎬᎷ⟢ ∥ ᴋɪᴍ ᴛᴀᴇ ʜʏᴜɴɢ ∥✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora