Cap. 2

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"Bajo la luna llena tus plegarias serán escuchadas"

¿Qué es la esperanza cuando ya lo has perdido todo? Los llantos y las plegarias de almas en pena que nunca fueron escuchadas. ¿Estaba bien rezar? ¿Acaso aún había un ser supremo que los escuchaba? La humanidad había colapsado llevando todo a su paso sin medir los daños.

La vida que antes conocían se había extinguido para siempre. Ya no habían gobernantes que dictaran el comportamiento de un colectivo de personas en un territorio. Ya no había grupos de personas que limpiaran el desastre en las calles de los envoltorios abandonados por irresponsables. No había un nuevo amanecer en el que prender la televisión les diera un nuevo pronóstico del clima.

El mundo que antes existía seguía ahí, solo que la humanidad ya no estaba. Tal vez era un castigo por lo crueles y descuidados que fueron con el planeta. O simplemente era la respuesta de Dios ante el pecado. Nadie lo sabía y por más ideas y teorías que pudieran surgir no cambiaría la realidad tormentosa que era la actualidad.

Ya habían pasado años desde que el comienzo de un nuevo virus mortal había surgido. Las redes sociales se volvieron locas de videos desgarradores mostrando cómo entre las mismas especies se devoraban entre sí. Fue un caos que duró las primeras doce horas. Cuando finalmente las redes internet colapsaron fue un paso al entendimiento. Las calles se llenaron de personas sangrientas y sedientas de carne. Nadie entendía el cómo todo dio inicio, pero en las noticias anunciaron varias advertencias para los ciudadanos.

"No se ha reportado cómo es que ha sucedido este trágico incidente, pero es de vital importancia que mantengan la calma y que no salgan de sus hogares bajo ninguna circunstancia".

"Mantenga el distanciamiento con cualquier persona que haya sido expuesta ante la actitud violenta de estos infectados".

"Es una infección y es muy contagiosa, por favor mantener la calma. La ayuda está en camino."

Luego llegó el silencio. La energía se había cortado junto a los servicios del agua. Las calles quedaron adornadas de sangre y carros en llamas. Lo realmente aterrador fue cuando la noche llegó, la primera noche donde los sobrevivientes no pudieron cerrar los ojos para dormir. Cuando el miedo los paralizó.

Atlanta, Estados Unidos.

Actualidad

Louis despertó agitado con gotas de sudor bañando su frente. Tomó el arma que tenía a un costado para poder dormir protegido y con ella apuntó a su alrededor. Se encontró con la nada, el cuarto se encontraba vacío con su sola presencia. Él omega con pulso agitado fue calmando su respiración y bajando el arma. Había tenido una pesadilla como era común en aquellos tiempos.

Tomó la linterna que tenía en la mesa de noche y la encendió para tener una mejor vista. Levantó su cansado cuerpo de la cama y se desvistió para colocarse una camisa de manga larga vieja y unos pantalones estilo militar junto a su botas. Como era de costumbre marcó en la pared la fecha y como era de esperar era día de buscar suministros.

Él omega odiaba los días en los que tenían que salir al exterior y dejar las seguras estructuras de su campamento. Había veces en los que no corrían con la buena suerte y lo que a comienzos empezaba como una salida común terminaba con lágrimas. Con noticias desgarradoras para las familias de los valientes guerreros que daban su vida para que pudieran tener una oportunidad. Era horrible pensar qué tal vez todo el tiempo que luchaste por sobrevivir se pueda agotar en unos segundos.

Cuando estuvo listo de pies a cabeza se dirigió al baño donde se lavó los dientes y limpio su maltratado rostro con jabón. Tomó sus armas y las colocó en su cinturón. Cuando sale por los pasillos de su habitación ve a los otros compañeros de campamento caminar despreocupados. Cada persona en el campamento tenía una tarea, un rol importante para subsistir. De alguna manera era reconfortante no tener que pensar en el exterior. 

Sobreviviente {Larry}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora