Cap. 7

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Thomas se encontraba con su omega cuando escuchó el estrepitoso sonido de unos disparos. Como acto reflejo cubrió a su omega entre sus brazos y miró alrededor en busca de la procedencia de aquel sonido que puso su cuerpo tenso. Todos a su alrededor empezaron a correr para poner sus vidas a salvo. Su omega estaba asustado, lo podía sentir en el aire, pero sobre todo en la manera en que sus manos se aferraban con fuerza sobre su camisa. Buscó el lugar más cercano y seguro, tomó a su omega con fuerza para obligarlo a caminar. Llegó al comedor donde otros omegas se encontraban con sus cachorros.

-Quédate aquí hasta que vuelva.- le ordenó mirando a todos lados asegurándose que el lugar era seguro.

-No, no te vayas, quédate conmigo, por favor.- le suplicó Zion con el temblor en su voz y sus ojos llenos de lágrimas. Las manos del omega recorrían los brazos del contrario para mantenerlo en su cercanía.

-Debo ir a revisar. Te prometo que vuelvo pronto, te amo.- le dijo al omega tembloroso depositando un beso en su frente sudorosa.


Pudo oír la voz desgarrada gritarle que se detuviera, que no arriesgara su vida, pero sus pasos fueron más rápidos que los sollosos de aquel omega castaño. Debía encontrar la fuente de los disparos y parar con ellos. Le preocupaba el estado físico y emocional de su gente, pero tambien le preocupaba la forma tan ruidosa de llamar la atención de los caminantes a su campamento. Corrió hasta llegar donde se encontraba el grupo de vigilancia de su campamento. Estaban susurrando entre ellos y repartiendo las armas que por años estuvieron bajo llaves. Oscar al verlo soltó un suspiro de alivio y se acercó a él dandole un abrazo que terminó en palmadas a su espalda.


-Jefe, pensamos lo peor, me alegra que estés a salvo.- Oscar le dijo llevando su mano derecha a su pecho, luego señalando al grupo. - Estábamos por salir.-


- ¿Alguien sabe que fue lo qué pasó ?- preguntó a la vez que tomaba un arma en su mano y con la otra revisaba las municiones.


-Yo estaba de guardia cuando cinco camionetas gigantes ingresaron a nuestro territorio, mi companero les gritó que se detuvieran, pero siguieron acercandose y de pronto uno de ellos empezo a disparar. Yo y mi companero nos escondimos y luego todos empezaron a correr. - le contó un beta rubio que en ocasiones habia visto hablando con su omega.


-Muy bien, no sabempos quienes son ni a que vinieron, pero de algo estoy seguro y es que aqui no va a entrar nadie sin mi autorización. - miró a todos lados buscando la aprobación de todos ellos, pero en el fondo solo buscaba la sonrisa satisfactoria del omega de ojos azules, pero no la encontro. - ¿Dónde está Louis?-


- Lo siento, señor, no lo hemos visto.-


Fingió que el pecho no le quemo con la creciente preocupación. Asintió. Y con voz autoritaria le informó a todos que tomaran sus armas y defendieran su hogar. No importaba lo que pasara de ahora en adelante, pero le había prometido a su omega que volvería a su lado y eso no iba a cambiar. Y sobre todo, si algo le había pasado a su omega favorito no iba a parar hasta hacerlos pagar. Cuando estuvieron listos para salir uno de sus guardias se acercó.

-Señor, creo que debería saber. Ellos no nos están disparando a nosotros.-

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Louis caminaba con la creciente sensación de impotencia en el pecho. Era arrastrado a seguir los pasos del alfa frente suyo, quien se había ganado su confianza en menos tiempo del que habría querido, pero que solo logró traicionar las buenas intenciones de todos en el campamento. Louis estaba tan molesto. Con Harry, pero sobre todo consigo mismo. Si tan solo hubiera escuchado a su alfa líder esto no estaría pasando. Jamás se perdonaría que algo les pasara por culpa de sus decisiones.

Sobreviviente {Larry}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora