Sobreviviente {Larry}

Cap. 4

"Tal vez si miro lo suficiente en el cielo pueda verte como a una estrella fugaz"

Mentiría si dijera que durmió toda la noche. A diferencia de cómo fueron sus expectativas estuvo en vigilancia durante horas. Tal vez estaba dejando que las palabras de Thomas calaran dentro de sus emociones, pero la sola duda de que pudiera pasar algo por culpa de su insistencia lo hacían temblar. Tenía que agradecer a la cafeína en su sistema que logró mantener sus ojos abiertos cuál buho nocturno. 

Le ofreció a Hanna su habitación para que la omega pudiera estar cómoda con su cachorro. Aunque sinceramente no era un caso por privacidad sino que sabía que los gritos del cachorro pondrían nerviosos a los otros omegas. La omega en un principio se había negado alegando que ella podría dormir en el suelo y que era mucha hospitalidad como para quitarle su habitación. Al final terminó aceptando luego de que el omega le explicara los cientos de motivos por los cuales necesitaba esa privacidad. Muy en sus adentros sabía que para los dos era un alivio el saber que por primera vez en tiempo la omega podría dormir sin temor.

Por otro lado el alfa de cabello rizado había estado callado por un largo tiempo solo siguiendo los pasos de Louis quien lo guiaba a lo que sería su habitación en lo que culminaba la estadía. Al principio se mantuvo alerta en cuanto otro alfa se acercó para quitarle sus armas, tal vez se sentía amenazado por las malas experiencias que había contado en el auto. O eso era lo que Louis quería pensar. No era para nada sano inventar imágenes en su cabeza sobre el alfa rasgando su garganta mientras dormía. Un escalofrío recorrió su cuerpo con solo pensar en esa posibilidad.

El lugar en el que se quedaría no era para nada un lujoso hotel cinco estrellas, pero al menos tenía una cama en la cual descansar. El alfa caminaba mientras miraba con atención los pasillos que iban dejando atrás. Cuando llegaron a la puerta de la habitación Louis se giró sobre sus talones para mirarlo fijamente.

-Llegamos, puedes ponerte cómodo. Mañana te traeré algo de ropa y iremos a darte una ducha y buscar algo de comida, por el momento no puedo hacer más.- dijo el omega encogiéndose de hombros.

-Está perfecto, muchas gracias por todo.- contestó el alfa sonriendo en agradecimiento. El omega le devolvió la sonrisa listo para darse la vuelta y seguir con su camino, pero la voz del alfa nuevamente hizo acto de presencia. - Oye, me preguntaba si podrías llevarme dónde el doctor-

Louis frunció el entrecejo con duda cruzando su hermoso rostro. ¿Cómo el alfa sabía que había un doctor en el campamento?. Él omega de ojos azules no recuerda haber tocado ese tema en la conversación que tuvieron de camino al campamento. No quería darle más vueltas al asunto. Tal vez alguien lo había mencionado antes y al estar tan perdido en sus pensamientos había pasado desapercibido.

-¿Al doctor?- preguntó aún con el ceño fruncido.

-Sí, ya sabes- contestó señalando su nariz que por fortuna había dejado de sangrar.

-No podrá ser posible en estos momentos Harry, ve a descansar mañana será un nuevo día.- respondió el omega dando por terminada su pequeña conversación. Cuando el alfa abrió la cerradura de la puerta para entrar el omega se dirigió a él por última vez refiriéndose a su nariz.- No te preocupes, sobrevivirás.-

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Cuando el sol apuntaba en sus direcciones con el poder de descongelar hasta el corazón más frío Louis tomó la iniciativa de buscar ropa para el rizado y para él mismo. En el campamento tenían una oficina pequeña en la cual se manejaba la entrega de las prendas de ropa que se encontraban o que simplemente tomaban de tiendas ya abandonadas. Con los años descubrieron que no sólo los gritos debían ser ocultados.