Cap. 14

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Cuando ves la muerte ante tus ojos sientes que todo pasa a tu alrededor en cámara lenta. Las luces ya no te ciegan al intentar mirarlas o los sonidos que antes te causaban jaquecas quedan como un sonido sordo en la lejanía. Nada de lo que hay a tu alrededor te interesa porque solo tienes la mente fija en un solo objetivo. Por eso cuando Louis pudo notar el cuerpo reanimado aún resbalando por la sangre derramada soltó un pequeño grito, siendo consciente de como el tiempo se les acortaba con el pasar de los segundos. Los ojos blanquecinos lo miraban mientras extendía sus manos para querer llegar a él, aun débil por el reciente cambio.


Harry luchaba por quitar las esposas que seguían lastimando sus muñecas, dejando marcas que durarían todo lo que quedaba de su vida. Desesperado con las gotas de sudor bajando por su espalda era consciente del caminante que ahora se colocaba en pie con los ojos puestos en su objetivo. El chillido de sus dientes chocando entre sí era lo suficientemente desagradable como para hacerlo estremecer. La sangre goteaba desde sus muñecas hasta sus codos perdiéndose en pequeñas gotas en su camisa.

Louis intentaba mantener la calma, entrar en pánico no parecía ser una opción viable, pero el solo pensamiento de morir desgarrado lo hacía perder la cordura que muy difícilmente aún podía mantener. Cuando el caminante se sostuvo lo suficiente como para empezar a ser considerado una amenaza el omega posó su mirada en el rostro desesperado del alfa. La silla en la que se encontraba le daba la espalda al caminante, lo que le daba una ventaja.

Una ventaja para uno, pero una desventaja para el otro. El castaño estaba a la interperie, en la mejor posición para convertirse en la desafortunada presa del hambriento ser que no dudaría en sacar sus entrañas con sus dedos. Podía sentir su respiración acelerada, el pulso estaba descontrolado y en cualquier momento le explotaría la vena del cuello.

En algún momento el destornillador chocó con el metal de la silla llamando la atención del caminante quien en un girar de su cabeza buscó el sonido. Ahora sus pasos torpes iban hacia el rizado quien estaba ajeno al encuentro.

Podía parecer el final, pero Louis no permitiría que lo fuera. Así que con las fuerzas que aún le quedaban movió su cuerpo haciendo que las cadenas que lo sostenían fueran el atractivo principal.

-¡Hey! ¡Hijo de puta, estoy aquí!- gritaba, su voz agravándose al punto de dolerle.-¡Vamos, ven a mi!-

Si Louis era honesto consigo mismo sabía que no tenía posibilidades, no cuando había una sustancia corriendo por sus venas. No creía tener nada positivo esperándolo al final. Por lo que intentar preservar su vida en vez de la del chico de hermosa sonrisa le parecía egoísta. Y en definitiva no lo era.

Harry posó su mirada en el omega con los ojos abiertos. Casi sin poder creer lo que estaba presenciando. Sus manos aún temblaban y quería gruñir y gritar hasta quedarse sin voz. Sabía que debía actuar con calma, que durante muchos años había aprendido durante las largas prácticas en combate, pero la calma no se sentía como una opción cuando el omega que sentía suyo estaba al borde de ser comido.

El caminante con sus manos estiradas llegó al encuentro del castaño quien le dió una patada en el estómago logrando apartarlo unos centímetros de su cuerpo. Aunque esto no le hizo algún daño le dió el tiempo suficiente para recomponerse y volver a dar otra patada en cuanto fue en su búsqueda por segunda vez.

Aunque el caminante tomó su pierna con sus pálidas manos, agarrando la extremidad con una fuerza sobrehumana queriendo llevarla al encuentro peligro de sus dientes. Este se movía frenético queriendo apartarse del agarre, pero siendo completa en vano. Tiro una patada con su pierna libre aunque la fuerza no estuvo de su lado. El caminante abría y cerraba su boca deseoso de probar su carne, pero el omega se lo impedía tensando su cuerpo y ejerciendo presión hacia abajo.

Sobreviviente {Larry}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora