Ante la presencia del omega sonaban las campanas que anunciaban que pronto habría guerra. Habría una cacería que lo obligaría a darse un baño de sangre. Y muy en el fondo sabía que las posibilidades de que la sangre derramada fueran las de sus amigos lo volvía irracional.Su gente no estaba enterada de las sucias intenciones del Sargento que con voz esperanzada había prometido el fin de sus desgarradoras existencias. Porque estar en un mundo donde estabas contando los segundos no era vivir, era sobrevivir y la mayoría estaba cansado de eso. Así que no los culpa cuando con gritos de victoria se abrazaron los unos a los otros dando palmadas en sus espaldas y mostrando gigantescas sonrisas. Todo iba a estar bien le habían dicho, todo iba a estar bien era un disfemismo.
Probablemente estarían festejando. Tal vez bebiendo de su mejor vino en celebración. ¿Quién no lo haría? Había una clara ignorancia en todo ese desarrollo. Es que acaso, ¿no pudieron escuchar sus palabras cuando les dijo que había algo mal con ellos?
Y era más que claro que Louis se culpaba en parte por haber traído la desgracia a sus puertas. Si tan solo no hubiera sobrepasado sus límites, si hubiera escuchado las palabras de su líder y no hubiera actuado de manera desafiante arriesgando todo a su paso para salvar a desconocidos. Y bueno, no era el hecho de haberlos rescatado, era el que había abogado para darles un techo y brindarles comida. Poniendo a todos en riesgo.
Pero por otro lado estaba este alfa de esmeraldas apasionadas y labios cereza. En un principio le brindó su confianza, llegó a pensar que el actuar del hombre se debía a su naturaleza desconfiada, pero se equivocó cuando lo amordazó y permitió que los intrusos llegaran a invadir su hogar y llenar de falsas promesas a los suyos. Aunque no quería pensar mucho en el pasado. Y sí, se quedó en el pasado cuando el rencor dejó de brotar de sus poros cada vez que miraba la melena rizada. El hombre se ganó su confianza y ahora que lo mira dormido y soltando leves ronquidos se da cuenta que parece un ángel. Y quiere apreciarlo lo suficiente hasta memorizar cada uno de los lunares que adornan su rostro.
Había despertado antes que el resto debido a la sensación que lo incomodaba lo suficiente como para abrir los ojos. Aún había neblina en la calles y pudo ver un par de caminantes en la carretera. Deducía que no pasaban de las 3 de la mañana.
Subió las escaleras con cuidado de no hacer ruido, no quería despertar a sus amigos. Sus pies descalzos abrazaron la madera y fue una sensación tan increíble que había olvidado el tacto sobre una superficie similar. Buscó el baño y rogó por agua cuando giró la llave de lavabo. Y, ¡oh, Dios!
Cepillo sus dientes frente al espejo sucio que hacía ver su silueta como una sombra oscura y producto de sus noches de terror. Tomó un paño tirado a su lado y lo humedeció para luego pasarlo sobre la superficie del espejo. Silenció un grito cuando el reflejo de el alfa se dejó ver.
-Por la cara que tienes parece que has visto a un fantasma.- murmuró el alfa sosteniendo su cepillo de dientes, esperando pacientemente su turno.
Louis le hizo una mueca y con sus dedos una seña para que esperara unos minutos. Rellenó sus mejillas con agua y la escupió. Luego lavó su cara y cuando sus ojos se cruzaron por el espejo ambos sonrieron.
Louis tenía esa sonrisa divina que achicaba sus ojos y formaban cortezas a sus extremos. Harry tenía hoyuelos cautivadores y la punta de su nariz parecía tener vida propia.
-Probablemente el agua no está apta para consumo así que intenta no tragarla.- señaló con su dedo, el alfa que no dejaba de sonreír asintió.- ¿Qué sucede, Styles? Podría empezar a sospechar que no puedes resistirte a mis encantos, esa sonrisa te va a partir el rostro en dos.-
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Sobreviviente {Larry}
FanfictionAu donde hace tres años empezó el apocalipsis zombie y tal vez hay esperanza de encontrar una cura.