La noche estaba lluviosa, algo muy normal en esa temporada del año. Los días cinco habían dejado de ser uno de sus favoritos desde hacía meses; cinco para ser exactos. Todo había dejado de tener color desde que decirle adiós a quien fue parte de tu vida se había resumido en los cinco.Así que ese cinco de mayo no era una sorpresa que la naturaleza use de camuflaje sus lágrimas. Lloraba por la vida cruel que le fue arrebatada, lloraba por el vacío que ese maldito número le hacía sentir, y también lloraba desconsolado porque habían pasado exactamente cinco días en los que no sabía nada de su alfa rizado.
Tal vez se estaba precipitando, quizás no debería dejar que su cuerpo conectara con su mente y de esta manera poder calmar la angustia reflejada en náuseas y temblores incontrolables. Porque su mente le repetía una y otra vez los posibles escenarios en los que perdía al rizado. No podía controlarlo por más que lo intentara porque aunque se decía ser fuerte ahora no era más que un pequeño cachorro asustado.
Había perdido tanto en tan poco tiempo que las posibilidades que todo lo que sucediera a su alrededor fuera una especie de karma del que no era consciente lo hacía sentir enfermo. Rodar en la cama buscando consuelo en el sueño no sirvió de mucho porque cuando el primer trueno retumbó en las paredes sus párpados se abrieron nuevamente. Buscó con sus manos la pequeña linterna alrededor de su colchón en el suelo hasta que dio con el y lo prendió alumbrando a su alrededor donde un Lucas dormía al otro lado de la habitación. Su pecho subía y bajaba con una tranquilidad calmante, este estaba cansado y cuando su cuerpo tocó la superficie acolchada su sueño lo venció en minutos.
Caminó hasta el omega y con delicadeza se acostó a su lado con la sábana cubriendo todo su cuerpo hasta su nariz. Miró el rostro relajado y como uno de sus dorados cabellos jugaba cuando el chico exhalaba. Louis quería pinchar su nariz y llenarle el rostro de besos.
Otro trueno se hizo presente en el silencio de la noche y ocultó su rostro en la sábana, removiéndose un poco. Sintió que Lucas murmuraba dormido y se destapó al mismo tiempo que los párpados del contrario se abrían con pesadez producto del reciente estado adormilado. Los ojos azules de ambos se encontraron, y Lucas le sonrió para luego pasar sus dedos por el rostro del castaño apartando un mecho de cabello.
-¿Qué sucede, Lou? Deberías estar durmiendo.- preguntó mientras se colocaba de lado para verlo de frente.
-No puedo dormir, las tormentas eléctricas me ponen nervioso. ¿Sabías que existen tormentas tan peligrosas que podrían explotar edificios?- se acomodo de lado.
-Eso es horrible.-murmuró.
-Lo es.-
Hubo un largo silencio en el que ninguno mencionó ni una palabra al respecto. Louis no fue consciente de su sollozo hasta que los brazos de Lucas estaban envueltos en su cuerpo. Este le daba sobos en la espalda, y cuando ambos se sentaron derechos el rubio se acercó más a él.
-¿Quieres hablar al respecto? Desahogarte puede ayudarte a sentirte mejor, no necesitas cargar con todo esto solo, Louis.- reconfortó como siempre lo hacía.
-Hoy es cinco y está lloviendo, los climas lluviosos me ponen triste y no quiero estar triste, pero no puedo controlarlo, Lucas. Perdón.- se disculpó con otro sollozo saliendo de sus labios.
-¡Oh, amor!- levantó su rostro para que lo mirara.- Está bien estar triste, estás pasando por un proceso de duelo, no debes disculparte por tener sentimientos. Expúlsalos, sácalos fuera de tu sistema, si tienes que llorar hazlo, estoy aquí contigo, estamos juntos en esto, ¿lo recuerdas?-
Louis asintió aún con las lágrimas bajando por su rostro. Tener al omega a su lado había sido un regalo del cielo. Ambos habían hecho una promesa, tenerse el uno al otro sin importar nada. Luego de que tuviera que dejar todo atrás cuando la muerte de Thomas lo superó por completo, el rubio lo sostuvo sin dejarlo caer. Lo alimentó los días en los que su estado de ánimo era un completo desastre y no quería probar bocado. Incluso lo bañó cuando las secciones de llanto lo dejaban débil y tembloroso.
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Sobreviviente {Larry}
Fiksi PenggemarAu donde hace tres años empezó el apocalipsis zombie y tal vez hay esperanza de encontrar una cura.