Capítulo 1.

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Un instante. Solo un segundo de descuido y ¡Pum!

Caos por doquier.

Ahora que tengo tiempo de pensar me fijo en cuán impresionante es el hecho de que la vida de uno puede dar un giro de 180 grados en tan solo un instante.

Mi vida antes del cambio era genial.

Desde pequeña había tenido una buena relación con mis padres, ellos eran mi mayor apoyo, mi mayor orgullo. Eran lo más importante en mi vida, sobre todo mi madre. Ella siempre había estado para mi cuando lo necesitaba, salvo que ahora no esta más.

Estaba sentada en una de las sillas de mi hogar aunque era difícil llamarlo así ahora. Veía como la gente se acercaba a mi con cara de lástima, yo no quería su lastima. Quería retroceder el tiempo y no ser tan idiota. Pero eso era algo imposible, así que me limité a agradecerle a la gente por haber venido y tratar de no llorar delante de todos. Aunque claro, ellos me aseguraban que era algo totalmente normal.

Estar en el funeral de uno de tus padres era horrible. Yo seguía sin creérmelo, estaba en un estado de shock del que no podía salir. No tenía escapatoria, lo veía como un pozo demasiado profundo. Un pozo del que no puedo salir, y del que nadie puede sacarme.

Cuando se fue la gente quedamos solo papá, la abuela y yo. Mi casa no se veía igual, nada parecía ser lo mismo que hace días atrás. Y todo era por mi culpa, yo lo había arruinado.

La abuela se acercó a mí para decirme que la cena ya estaba lista, pero sinceramente lo que menos me apetecía hacer era comer algo. Tenía el estómago lleno y si comía algo estaba segura de que iba a devolverlo. Si, algo no muy agradable.

Fui directo a la habitación, y cuando la abrí me empecé a sentir agobiada. ¡Cuanto calor que hacía! Y ¿por qué todo me parecía demasiado grande?

El pecho me empezó a doler, al igual que mis palmas empezaron a sudar y tenía la sensación de que algo me estaba ahogando. Nunca en mi vida había experimentado esto. No sabía que hacer, me entraron ganas de llorar así que eso fue lo que hice mientras trataba de sacarme estas horribles sensaciones del cuerpo. ¿Spoiler? No pude hacerlo.

Me dejé caer en seco sobre el suelo, supongo que mi caída se escuchó en el piso de abajo porque enseguida mi padre y mi abuela estuvieron en la puerta de mi habitación.

-¿Jaz? ¿Jaz qué haces tirada? -Preguntó papá.

Yo simplemente no pude responderle, seguía teniendo esta sensación de que me ahogaba. Empecé a llorar con más fuerza y a temblar en el piso, todo parecía tan irreal. ¡Ni siquiera sabía por qué razón estaba llorando!

-¿Florcita? - La abuela siempre me había dicho así, era una clase de broma ya que mi nombre era el de una conocida flor. - Leonel, hay que llevarla al hospital. No está bien, mira su cuello.

Mi padre enseguida me observó y como si fuera Flash bajo las escaleras para supongo yo ir al garage en busca del auto.

Después de 5 minutos, de a poco me fui calmando. Ya no tenía esas sensaciones horribles y podía hablar con normalidad. A pesar de eso, mi abuela y mi padre insistieron en llevarme al hospital y no pude negarme.

Cuando llegamos llenamos una planilla con todos mis datos y esperamos a ser llamados. Luego de algunos minutos una agradable enfermera nos avisó que podíamos pasar.

-Así que Jazmin, que lindo nombre. Dime, ¿qué te ha pasado?

.....

Salimos del hospital preocupados, bueno, más que nada papá. Nos habían dicho que no era del todo extraño, dadas las circunstancias, lo que me había sucedido. Había experimentado por primera vez en mi vida un ataque de pánico o de ansiedad. Así lo había llamado el doctor.

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