Capítulo 12.

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Lean la nota de autora, por favor :)

Cada vez faltaba menos para los deseados días de vacaciones, no aguantaba más la escuela ni las tareas. Mucho menos si algunas las tenía que hacer con cierto rubio que no abandonaba mi mente. Él cual, por cierto, me ignoraba.

Cuando al fin había descubierto que me gustaba, pasaba esto. ¿Por qué rayos me ignoraba? Yo no le había hecho nada, o al menos no lo recordaba.

La frustración era obvia en mi rostro, muchos de mis compañeros no dejaban de preguntarme qué me pasaba, otros supongo que asumían que era debido al accidente de mi madre que me encontraba así ya que solo se dedicaban a mirarme a lo lejos con lastima. No era nada agradable.

Como decía, las vacaciones estaban cerca y Rami no había conseguido sacarle nada a Dani todavía. Me había dicho que era muy pronto y que necesitaba acercarse más a él. Yo le había hecho caso, de todas formas no estaba apurada por decirle a él lo que sentía

Si, claro.

¿Y tú qué sabes?

Soy parte de ti, lo recuerdas ¿no?

Como sea...

Siempre tan cabezota.

¡Oye, no me insultes!

Estaba tan distraída discutiendo conmigo misma que no me di cuenta de que había una persona enfrente mío así que termine chocando contra ella mientras iba caminando.

Mi locura ya estaba afectando a los demás.

—Ten más cuidado, ¿quieres? —Dijo Dani medio enojado antes de levantar la vista y mirarme.

Él se agachó nervioso para recoger las cosas que yo le había tirado al suelo.

—Lo siento, no sabia que eras tú. —Dice pasándose una mano entre su cabello.

Yo lo miré atontada. Ver como su mano se deslizaba suavemente en su pelo se estaba convirtiendo en uno de mis hobbies.

¡Reacciona, te está hablando después de días!

Oh si, claro.

Me aclaré la garganta algo incómoda, quizás él había notado que me había quedado mirándolo embobada.

—Yo lo siento, debía haber visto por donde caminaba. —Dije con una pequeña sonrisa que lo hizo sonreír también.

Él rápidamente sacudió su cabeza como si se acabara de dar cuenta de algo importante y eliminó la sonrisa de su rostro.

Nooo, quiero que siga sonriendo.

¡Estamos de acuerdo en algo!

—No hay problema, nos vemos. —Dijo antes de pasar por un lado y salir disparado por el pasillo.

¿Y a este que le pasaba?

Empecé a seguirlo con la misma rapidez con la que se escabulló y cuando por fin llegue a su lado pude permitirme respirar un poco mejor.

No estaba acostumbrada a correr.

—Ve un poco más despacio, por favor. —Dani pareció sorprendido al escuchar mi voz. Aún así no me respondió, solo giró su cabeza hacia el frente y siguió caminando como si nada.

—Oye, ¿no vas a hablarme?

Nada.

—Dani, te estoy hablando.

Ni un solo grillo cantaba.

—Daniel. —Está bien, quizás había sonado demasiado triste. Tal vez por esa razón él paró de caminar, se dio la vuelta y me miró.

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