Episodio 4

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Leí y releí los expedientes para no ignorar ningún detalle. Tal parece que debemos infiltrados en un depósito donde se oculta una red de narcotráfico, sólo debemos detener a todos los que estén ahí. No será tan difícil...verdad?

El día de la misión desperté como la hago normalmente y gracias a V.E.L.P; voz en la pared, que todos los días a las seis am dice; "Hora de despertar". Y si no despierto, suena una estúpida alarma con un ruido que atraviesa mi cabeza.

—Llevarás el traje de neopreno a la misión?— pregunto Ice mientras devoraba el cereal.

—No estoy segura. Sólo lo usó si tengo que volar.

—Nerviosas por su misión?— pregunto Js con una extraña sonrisa en su rostro.

—No— respondidos al mismo tiempo.

—Esas misiones son lo peor, recuerdo cuando tuve que ir con Cid a desarmar un Búnker donde tenían armas de contrabando que vendían en el mercado negro— agregó Aurora.

—Si, es el trabajo sucio que los de la primer Escuadrón no quiere hacer— dijo Cid.

—Permiso, ya termine. Buen provecho—. me pare y empecé a alejarme de la mesa con bandeja en mano.

Realmente sabía que si me quedaba tendría que escuchar las opiniones malas que mis compañeros dirían sobre la misión. Su objetivo es hacer que me sienta mal.

Sólo tengo que estar concentrada...

—Kata no estas concentrada!— exclamó Lijara, el instructor.

—Deberías pedirme disculpas por arrojarme barro en la cara.

Si, el aún piensa que lograré controlar tierra o agua. Sólo espero que no se le acuerda tirarme una bola de fuego.

—Esto no funciona. Buscaré otras formas de entrenamiento. Puedes descansar...o mejor dicho yo descansare.

—Jaja— articule sarcástica.

Luego de ese "ejercicio", si se le puede llamar así, tuve que tomar una ducha rápida porque luego tenía que ir a clases de combate con la profe Leila.

Al volver al gimnasio no encontré a la profe.

—Leila me pidió que la remplace hoy— dijo Cid.

—Estas...capacitado para dar clases?

Ahora pienso el nivel de estupidez de mi pregunta.

—Fingiré que no oí eso.

Los próximos diez minutos de calentamiento me mantuve callada e hice lo que él ordenaba.

Y cuando empezó el combate cuerpo a cuerpo el decidió entablar un conversación.

—Debes de saber conservar tu fuerza— dijo él y luego me atacó con los puños, pero con dificultad pude esquivarlos —No querrás usar todo tu potencial al principio de una pelea, te cansarás y terminarás perdiendo.

—Si peligra mi vida o la de alguien, prefiero darlo todo o nada— lancé unas patadas a su pecho pero, el retrocedió y no pude golpearlo.

—Con tus poderes será fácil ganar. Pero sin ellos no eres nada.

Lo que dijo lastimo mis sentimientos y me distrajo al mismo tiempo. Lo vi aproximarse, me golpeó la mejilla izquierda con su puño y luego me pateo las costillas. Caí al suelo y por un momento sentí que no podía respirar, seguido de eso escuché la voz de la señora elegante.

—¡Basta! El entrenamiento se acabó—exclamó con un tono enojado.

Ella me ayudó a ponerme de pie —Estoy bien— mentí, sentí que me iba con san pedro. La verdad que no estoy lista para esto.

La Mansión; Un Nuevo EscuadrónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora