s i e t e

429 56 7
                                    

Un nuevo día... No tan tranquilo como era costumbre en la isla flotante.

—¡Luzu!

—¡Auron!

Ambos se abrazaron en medio de las escaleras. Era una pena que Auron no haya conocido la faceta de Luzu borracho y llorón.

—Me duele la cabeza —escucharon quejarse a Staxx. Este salió rodando en el piso desde el comedor—. Buenos días.

—¿Dónde está Alexby?

—Observándolos desde aquí —los tres regresaron a verlo. Fargan abrazaba al omega de los hombros y los dos les miraban burlones—. Buenos días, maleducados.

—¿Cómo? —Luzu reaccionó—. ¡¿Hicimos algo malo?!

—A ver... ¡Claro! —Alex disfrutaba el momento como no cabía una idea—. Os habéis emborrachado, lloraron, vomitaron en el jardín de Vegetta, casi os acostásteis con desconocidos y Luzu casi cae al mar. Creo que es todo.

—.....

—En fin, fue una bonita noche —sonrió bajando las escaleras. Quería romper en risas porque sus caras eran para tomarles una fotografía y enmarcarla.

—Os divertísteis mucho, ¿eh? —Fargan se burló sin ningún problema—. Deberíais aprender de mí, que pasé la noche sobrio.

—Persiguiendo a Willy —completó Alexby.

—Pero sobrio —le guiñó un ojo cruzado de brazos.

Y sin más comenzaron a reír. El momento era incómodamente divertido.

Hasta que escucharon pasos apresurados bajar las escaleras y, sin más, una cría de lobo comenzó a correr entorno a ellos. Los ojos verdes y brillantes del animal les hizo saber que era un híbrido, en específico, el hijo de los líderes.

Willy bajó segundos después persiguiendo al menor sin fijarse en los demás, más tarde bajó Vegetta fregándose la nuca.

—Joder, chaval, odio tener resaca... —murmuró despacio. Finalmente notó que habían más personas con ellos—. Eh, ¿buenos días?

—Buenos días —respondieron al unísono.

—Disculpad, pensé que os habías ido como el resto —sonrió nervioso. No estaba acostumbrado a tener extraños en la casa y convivir con ellos.

—Sí, creo que estuvo mal de nuestra parte quedarnos sin permiso —se escusó Luzu lleno de vergüenza.

—¡Pero yo os di permiso! —dijo Willy rápidamente llegando a su lado—. ¿Lo recordáis? No podíais ir a vuestras casas en ese estado, así que os quedásteis.

—Ah... Bueno, en ese caso, lo menos que podemos hacer es ayudarlos en este desorden —Luzu señaló el lugar.

—¡Nooo! —se quejaron los demás, pero fue demasiado tarde porque Vegetta ya había aceptado.

¿Destino Predeterminado? || KarmalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora