¿Destino Predeterminado? || Karmaland

t r e c e

Willy saltó sobre Vegetta emocionado, logrando tirarlo al pasto.

—¡Nuestra primera misión! —festejó—. ¡Qué alegría!

Pero al mayor no le venía en gracia lo dicho.

—Mi primera misión —corrigió, haciendo que el omega parase de sonreír—. No irás, es muy peligroso.

—¿Qué dices? —murmuró sentándose a horcadas en su cadera—. ¡Luzu dijo que podía!

Vegetta se sentó como pudo, aún con el albino en sus piernas, y le dejó un pequeño beso en los labios.

—Prefiero que estés en casa con Lían, cuidándolo y ambos seguros.

—Pero... —Como si recordara algo importante abrió los ojos temeroso—. ¿Con quién irás entonces?

—Con Luzu, Mangel y Rubius... —Se calló de inmediato al ver los ojos verdes de su pareja cristalizarse—. No te preocupes, intentaré alejarlo de mí todo el camino.

Willy asintió abrazando al azabache. No quería dejarlo ir con ese oso molesto que vino solo a fastidiarle la vida. Ni siquiera habían tenido contacto, pero el aroma a chocolate del otro omega ya estaba impregnado en la ropa de su esposo.

—Staxx vendrá con Alexby a la mansión, ellos pasarán contigo estos tres días.

Tres días... No soportaría tanto tiempo lejos de Vegetta.

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Lolito entró a la mansión, después Auron y su hijo, posteriormente Alexby y, para finalizar, Staxx.

—No queméis la casa —soltó lo primero que se le vino a la cabeza.

—Qué poca fé, Vegetta —Auron negó con la cabeza soltando la mano de su hijo que fue raptado por Lían a los pocos segundos.

—Me aseguro de dejárselos claro, nada más.

—¡Aquí estamos, gente! —Fargan llegó atrasado, como siempre. Vegetta inclinó la cabeza confundido y un poco molesto, no se confiaba lo suficiente para dejar a su pareja y a ese alfa en la misma casa.

—¿Todo listo? —Luzu agarró su hombro brindándole confianza—. Tranquilo, hombre, Fargan está advertido. Y no puedes negarte, los grupos así fueron escogidos por los Dioses.

—¡Dioses! —Vegetta gritó al cielo—. ¡Si regresó y tengo novedades, será vuestra culpa!

—¡Sí, ¿escucharon, Dioses?! —Lían gritó a su lado—. ¡Papá arreglará cuentas con vosotros luego!

Los adultos rieron mirando al pequeño azabache fruncir el ceño realmente molesto. Lían también detestaba la idea de tener al señor Fargan en casa. Aún así, su efímero momento de ira se esfumó cuando el aroma a chocolate llegó a su nariz.

—¡Doblas! —chilló corriendo hacia él. Ryan a penas pudo sostenerse de su padre antes de caer por el peso del otro.

—Bienvenido, Rubius —Luzu le saludó amablemente. El oso devolvió una sonrisa nerviosa.

—Yo me preguntaba si este niño podría quedarse con los demás. Puede cuidarse solo, pero me sentiría más seguro si alguno de los chicos lo cuida.

Como por arte de magia, Willy apareció al lado de Vegetta con los brazos cruzados.

—Puede quedarse —accedió forzando una sonrisa.

Claramente dos omegas pelando por el mismo alfa es algo extravagante de ver en Karmaland, por lo que el resto incitaba entre susurros una pelea.

—Gracias —Rubius se acercó cuidando la distancia, no quería agarrarse a putazos con el marido del líder.

Que mal sonaba eso. Vegetta era su destinado, ¿por qué seguía prefiriendo al molesto lobo blanco?

—¡Entonces, es hora de emprender un viaje, caballeros! —Luzu salvando situaciones desde siempre. Este se giró lanzándose al precipicio— ¡Por Karmaland! —Auron lanzó un grito desgarrador que fue callado cuando escucharon un fuerte y claro—: ¡Waterdrop!

—¡Eres un hijo de puta, Luzu! —Cambió su miedo por ira—. ¡No me asustes así, cabrón!

Era inevitable reír, pero Vegetta omitió esa parte para poder dejar suaves besos en toda la cara de Willy. Susurró un dulce "Nos vemos pronto" y copió la acción del alcalde.

Rubius vio todo con asco. Definitivamente haría lo imposible para que el azabache fuera suyo, y eso le dio a entender a su rival cuando sus miradas chocaron furiosas.

—Descuida, Willy —Sonrió—, Vegetta está en buenas manos.