[7]
La poción culminó su efecto convirtiendo a Ryan en un adolescente. Este caminó hasta la casa de Fargan poniéndose una camisa y unos pantalones que sacó de su mochila.
Era media noche. Fargan les informó que una nueva misión esperaba para la mañana siguiente y pasado un día se irían del pueblo. Ryan debería arreglar eso. El tiempo corría en su contra más rápido de lo que creyó posible.
Se encontró con Mangel y Luzu en el camino, más después con el híbrido restante y se dirigieron al pueblo. Entraron al ayuntamiento y buscaron sin descanso hasta dar con el libro que Luzu escondió.
—Me sorprende que hayas intentando ocultar esto —Ryan miró de reojo al castaño atado en un silla—. Si Fargan no te hubiese escuchado estaríamos en problemas.
—No quiero seguir con esto —Luzu se removió furioso—. ¡Willy me pidió ayuda para detenerlos! Está sufriendo, él en verdad quiere a Vegetta.
Ryan levantó la mirada hacia el alfa enmascarado.
—¿No está haciendo su parte, señor Fargan?
Fargan bufó divertido—. Hago lo que puedo. Es más difícil de lo que dijiste.
—¡Pues hágalo mejor! —Aclaró su garganta y volvió a sonreír—. Bien, arreglemos este lío.
Leyó con detenimiento la misión del libro. Esta consistía en buscar al científico que crearía la máquina del tiempo. Deberían ir todos por si el meteorito caían antes del tiempo estimado y sus vidas corrían peligro, era aquello o construir un búnker en menos de cinco días.
—Luzu, ¿quieres acompañar a mis padres en esto? —Le sonrió entusiasmado—. Tu trabajo será hacer que se unan más y, si es necesario, los encierras en unas habitación.
—¡Estás jodidamente loco!
Ryan ignoró sus palabras cogiendo un libro en blanco y comenzando a escribir.
—¿Por qué estás presionando las cosas? —Fargan veía atentamente su ceño fruncido—. ¿Qué dice el libro? Eh, mocoso, que te estoy hablando.
—¿Recuerdas el meteorito que destruirá Karmaland? —dijo cansado. Fargan asintió—. Pues caerá en una semana —Sonrió volviendo a lo suyo.
Quedaron en silencio escuchando nada más que el forcejeo de Luzu. Ni siquiera Mangel prestaba la atención suficiente, lo único que tenía en su mente era descubrir cómo acelerar las cosas. Él también tuvo su conversación con Rubius, donde el pedía no abandonarlo en todo esto porque realmente se había enamorado del alfa y quería tenerlo a su lado.
Ya no era cuestión de maldad, sino de amor.
Luzu pretendía traicionar al oso contandoselo todo a Willy para dejar de verlo llorar. Él omega se veía cada vez más herido aunque nada haya pasado... aún. Pero su hijo corría peligro y eso no podía olvidarlo.
Mangel abandonó su cariño por esos dos, sobreponiendo la felicidad de Rubius ante todo. Tampoco quería verlo derrumbarse en llanto porque nunca tendría la hermosa familia que Ryan le prometió.
Fargan estaba dispuesto a seguir con la tontería. Tenía su corazón fuertemente pegado en el pecho para no caer con la dulce sonrisa del albino.
Y Ryan... Él estaba un poco liado con sus sentimientos.
Cada quien tenía sus propios objetivos ahora.
—Listo —Ryan se levantó con el libro en lo alto—. Mangel se lo entregará a Vegetta mañana en la mañana.
—De acuerdo —murmuró cogiendo el objeto—. Pero... ¿Con esto no impides que nos preparemos para el desastre natural que enfrentamos?
—Luzu tiene un búnker bajo casa, Vegetta también. Estaréis a salvo, no te preocupes.
—Déjame adivinar —Fargan se levantó extendiendo sus alas, sonriente—. Lían lo hizo.
—Correcto. Durante su estadía aquí convenció indirectamente a los dos de construir un lugar seguro bajo tierra. Quería estar seguro de que todos se salvasen.
—¿Estás diciendo que alguien corre el riesgo de morir? —Mangel comenzó a desatar a Luzu.
Ryan evitó mirarlo.
—Eres la ficha que más hemos utilizado, así que podrías salir herido —Su voz era a penas audible—. En la línea de tiempo correcta, tú te salvas por estar siempre a mi lado. Ahora que todo cambió, no estoy seguro.
Mangel se quedó pensando en sus palabras. Él arriesgaría su vida por Rubius o Lolito, siendo ese el caso, estaba seguro de que Lolito no permitiría que salga herido.
—Volvamos a casa —Caminó a la salida. Se detuvo al dar el primer paso fuera—. Debo decir que esta es mi última jugada. Gracias por intentar ayudarme. Si no funciona como está planteado, espero que seáis felices.
Fargan lo miró con ojos cristalizados.
—Te aseguro que funcionará, Ryan. Tú y Rubius merecéis un final feliz.
—Así como Willy y Lían, ellos también se lo merecen —Suspiró formando una sonrisa genuina que no habían visto antes—. En fin, que gane el mejor, ¿no creen?
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Ryan: 7/7.
Desde un principio puse en duda la misión que harían, he aquí la razón.
(ノ^_^)ノ
Ahora, aclaremos una cosa. Lían también actuó sospechoso un par de capítulos.
\(°o°)/
Bye. <3
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¿Destino Predeterminado? || Karmaland
FanficPara entender esta historia, debes leerla dos veces, porque aquí nada tiene sentido. ;)