¿Destino Predeterminado? || Karmaland

d i e c i s é i s

El bosque se transformó en muros enormes, los héroes rodearon el lugar hasta dar con la entrada maravillosa a un sencillo pueblo pequeño donde no habitaban más de veinte personas.

Entraron como auténticos turistas a curiosear todo lo posible hasta casi caer la noche. Buscaron una Posada; no había ninguna, pero una amable mujer le ofreció su casa puesto que la tenía desolada. Aceptaron sin dudarlo porque no podían estar más cansados.

—Una habitación, dos baños, una cocina y un salón —enumeró la mujer dejando pasar a los chicos—. Podéis quedaros el tiempo que ocupéis, yo me acabo de mudar a otra casa.

Luzu asintió dándole las gracias mientras Mangel revisaba las habitaciones con Rubius y Vegetta buscaba comida en su mochila.

—Mañana el mercado está abierto, allí puedes conseguir comida —La mujer se dirigió a Vegetta y él le sonrió en respuesta—. Bueno, que tengáis buena noche.

—Muchas gracias por su amabilidad, prometo que no tendrá destrozos... —A penas dijo eso se escuchó un jarrón romperse y varios gritos. Luzu sonrió nervioso—. Hasta mañana —Cerró la puerta de inmediato.

—¡Rubius! —Vegetta le ganó—. ¡Ven aquí ahora mismo!

El oso bajó lentamente las escaleras con las orejas caídas y jugando con sus manos. Nunca había obedecido a un alfa, pero la voz de mando que el azabache usó lo hizo temblar como una gelatina.

—Dime —murmuró parado en el último escalón.

—Tú pagarás lo que has roto —demandó cruzándose de brazos. Cuando Rubius quiso objetar en contra, Mangel apareció con un ojo morado—. ¿Qué tontería habéis hecho?

—Me golpeó sin razón —El omega azabache corrió a esconderse tras Luzu—. ¡Está loco!

Y cuando Rubius dio indicios de perseguirlo, Vegetta volvió a gritar.

—¡Quédate en tu lugar, Doblas! —La voz de mando del azabache era de temer—. No eres un niño, tu comportamiento no es aceptable.

—¿Qué dices? —Rubius frunció el ceño—. ¡No puedes decirme qué hacer! —dió unos pasos, pero quedó estático al sentir un aura pesada atrás suyo—. Es decir, voy a darme un baño. —Corrió escaleras arriba, dejando a los tres en silencio.

Cuando Vegetta estuvo seguro de que entró al baño, se volteó hacia sus compañeros. Mangel bajó las orejas quitándose el tinte morado de la cara y Luzu sonrió retrocediendo un par de centímetros.

—¿Así que vuestro plan es hacer que abandone a Willy?

—En realidad —Mangel lo interrumpió—, es lograr que seáis felices con vuestros destinados.

Vegetta lanzó un gruñido que lo hizo callar al momento. Tenían un buen rato para charlar del tema.

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—¿Adónde iremos? —Raúl cogió su mochila llena de comida y agua.

—No sé, yo solo sigo a Lían —El oso metió un peluche idéntico a su padre en el bolso del lobo.

—¡Fantástico! Nos escaparemos de la mansión —El azabache frotó sus manos riendo un poco—. Papá siempre me dice que es mejor conseguirme mis propias aventuras.

—¿Tu papá? ¿Cuál de los dos? —Ryan inclinó la cabeza confundido—. El señor Luzu seguramente no.

—Papá Auron —rió—. Tú no sabes, pero él tiene el récord de vandalismo y corrupción en Karmaland.

—¿Ese no era el señor Lolito?

—Mi papá es su mano derecha, dah.

A la habitación por fin entró el cachorro de lobo cargando un lobo más pequeño en sus brazos.

—Bien, chicos, es hora de irnos —avisó tomando la mochila que Ryan preparó.

—¿Ese es tu hermano? —Raúl señaló el animal ocultando una carcajada.

—Es mi mascota —respondió dejándolos callados—. Es un lobo de la manada que no puede convertirse a su forma humana, así que yo lo cuido.

No dijeron nada más, solo salieron en completo silencio de la isla. Su misión era encontrar al papá de Lían antes de pasar los tres días. ¿Por qué? El menor no les dijo, pero suponían que era importante.

Al menos pudieron encontrar entre las pociones del padre de Raúl unas que los convertían en adolescentes, lo cual era bueno... Al menos eso creían.

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Solo tengo que decir: ¡Que comience el drama! Muajajaja.

Yo nunca pongo niños en una historia si no serán relevantes luego. UwU Y en este caso, no sabéis lo que os espera.

Ah, y lo que dije en un comentario es cierto: “Nunca se sabe a quién odiar hasta que la película acabe".

Bye. <3