Acontecimientos

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Idear un plan para rescatar a lo que parecía un mutante no es fácil

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Idear un plan para rescatar a lo que parecía un mutante no es fácil. Y más si tienes que entrenar con nuevos trajes y armas diferentes a la vez y sobre todo con el revuelo y alteración que había en la base por el chico mutante que resultó ser nada más y nada menos que el mejor estratega que contaban. No, no es fácil.

Todo el maldito mundo tenía una opinión diferente, muchos decían que debían matarlo—me incluyo—muchos otros decían que podía ser de grande ayuda—Tina y el escuadrón— y diversas opiniones que se escuchaba en el área roja.

—Ya lo sé, Alec. Mira que estoy más que bien por ahora solo nos enfocamos en entrenar con los equipos nuevos. No sabes lo increíble que es entrenar con el equipo aéreo, es sorprendente. —le dije a Alec a través de mí iMA.

—Me alegro escuchar eso, lobita. Ten mucho cuidado y me estás avisando cuando salgan en busca de soldado. Quiero estar al pendiente. —Me dijo.

—Vale no te preocupes, te amo.

—Te amo mucho más.

Colgó la llamada y yo suspiré. Me di la vuelta y volví al área de entrenamiento.

Esta semana nos tocaba practicar con el equipo aéreo, había pasado tres  semanas y ya tenía dominio del nuevo equipo terrestre. El traje aéreo era el mismo de combate que generalmente teníamos pero con unos propulsores que nos permitan desplazarnos en el aire, realmente los trajes me tenían fascinada, estaban fabricados a base de nano-robots que permitían desplegar y encojer el traje a nuestro antojo mediante pulsos nerviosos con el chip que nos implantaron en la nuca,  realmente parecía una segunda piel y el día que nos lo implantaron fue una locura, se sintió como tener bichitos recorriendo toda mi piel además una ves ya implantados no se podían sacar a no ser que sea por una cirugía. Pero fuera de todo eso eran flexibles y cómodos a la hora de pelear, incluso si recibíamos un golpe estos los absorbían para disminuir el dolor. Los colores eran negros con franjas rojas en la parte del pecho y la cadera, podíamos enganchar ligas o accesorios extras para colocar nuestras armas o drones y para darle toque final se podía expandir hasta crear un casco que filtraba el aire contaminado. Por ahora —que practicamos únicamente en modalidad aérea— teníamos cuerdas para tener estabilidad con los propulsores pero pronto empezaríamos con la estabilidad magnética que nos brindarán los nuevos drones para poder volar sin cuerdas. Una maravilla si a lo que a mí respecta.

Por otro lado Tina ya podía moverse y estaba como nueva, ningún hueso roto.

—¡Amira! —me llamo Nadia.

En estas semanas me hice un lugar en el escuadrón y me llevaba muy bien con ellos. A Tina todavía le costaba abrirse pero al menos ya hablaba un poco más. Lo que si me preocupaba era ese asiático que se la pasaba alrededor de mi amiga y ella vivía soltando chillidos de miedo al verlo cerca. Pasa que lo vio golpeando bruscamente a una simulación y quedó perturbada.

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