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Rosé's pov.

Lavé mi cara intentando borrar los restos de sangre que había en ella. Puse un pedazo de algodón en mi nariz pero rápidamente volvió a llenarse de sangre. El timbre sonó y fui a abrir.

-Hola ¿que te paso?- Preguntó Lisa mirando mi rostro.

-Me sale sangre de la nariz, pero no puedo pararlo- Dije viendo como el papel en mi mano enrojecía manchando mi mano.

-Ven- Dijo tomando mi mano ensangrentada.

Llegamos al baño y se agachó a buscar el botiquín. Su mirada volvió a mí y aparto mis manos de mi rostro. Presionó mi nariz con sus dedos mientras sacaba un pedazo de algodón del botiquín. Lo puso en mi nariz y limpió los restos de sangre. Lisa trabajaba como enfermera en un hospital, por lo que sabía hacer esas cosas.

-¿Que te pasó?- Preguntó una vez que terminó.

-Estaba haciendo unas cosas de la universidad y comenzó a sangrar- Expliqué.

-Debió haber sido por estrés- Murmuró-. No te sobrecargues tanto ¿si? Pudo haber sido peor.

-Si, doctora Manoban- Dije divertida.

-Idiota- Rió.

Nos levantamos y salimos del baño.

-¿Quieres algo para tomar?- Pregunté.

-Solo venía a devolverte la ropa, pero, agua no me vendría mal- Dijo.

-Agua, si claro- Dije riendo.

Agarré dos latas de cervezas y le extendí una.

-¿Cerveza a las cinco de la tarde?- Dijo.

-Nunca viene mal- Dije.

Nos sentamos en la mesa y la miré atontada viendo como le daba un largo trago a su cerveza, esa mujer era tan jodidamente atractiva. Sus ojos se clavaron en mí y sonrió levemente.

-¿Que?- Preguntó.

-Nada- Dije intentando reprimir una sonrisa-.¿Todo bien en la clínica?

Asintió mientras le daba un trago a su cerveza-. Todo esta muy tranquilo, lo único es que el señor Ko puede morir- Dijo-. Pero está solo, así que no creo que le duela a alguien.

Hice una mueca, Lisa me había contado sobre este hombre, había matado a su mujer y había intentando matar a su única hija.

-Es triste saber que su historia va a terminar así- Dijo.

-Algunas personas están destinadas a ser infelices- Dije.

Su mirada se perdió y supe que había metido la pata.

-Vamos a caminar- Dije levantándome.

-¿Eh?

-Vamos- Dije tomando su mano y dirigiéndonos a la puerta.

Salimos de casa y comenzamos a caminar sin rumbo alguno. Solíamos hacer eso cuando salíamos de la escuela, lo extrañaba. Nuestras manos seguían unidas y ninguna de las dos aparentaba queres soltar la mano de la otra. Caminamos hasta el parque donde solíamos ir com nuestros amigos. No sabía a donde nos dirigíamos, pero dejé que Lisa me guiara. Leves gotas de lluvia comenzaron a caer y a golpear nuestros cuerpos. Lisa se dio vuelta y sonrió, para después comenzar a correr.

-¿Lisa que haces?- Pregunté.

Ella no contestó y soltó una risa. Entramos a una especie de callejón y nos pusimos debajo de un techo. Comenzó a llover mas fuerte y había relámpagos, lo que convertía todo en un ambiente más tétrico. Sentí los brazos de Lisa envolver mi cintura y su frente se apoyó en mi espalda, algo estaba mal.

-¿Que pasa?- Pregunté.

-Nada- Mintió.

Me di vuelta para mirarla mejor. Sus ojos estaban cristalizados y su cara reflejaba una tristeza que nunca había visto. Lisa siempre había sido alguien bastante cerrada, sus problemas siempre eran menores que los de los demás.

-Lis...- Murmuré poniendo mis manos sobre sus mejillas.

Me abrazó y apoyó su cabeza en mi hombro, sollozando levemente. Lloró soltando todo el dolor que había estado conteniendo durante mucho tiempo. Acaricié su espalda, intentado transmitirle paz y tranquilidad. Dejé que llorara hasta que se hubiera deshecho de todos esos sentimientos que la atormentaban. Luego de unos minutos su llanto cesó, pero no se despegó de mí. Sabía que, a pesar de que no dijera nada, necesitaba esas palmaditas en la espalda.

-Mi mamá va a morir- Dijo en mi cuello.

-¿Que?- Pregunté.

-Le quedan solo dos meses- Se despegó de mi y sonrió débilmente-. No se como decirle a Yuna, es solo una adolescente, eso le dejará una marca.

-Lisa, mírame- Dicté tomando su rostro entre mis manos-. Si no le dices lo antes posible a Yuna, cuando pase, le dolerá mas. Esas cosas pasan, Lis. Se que Yuna será lo suficientemente fuerte como para lidiar con esto.- Finalice sonriéndole levemente.

Asintió y volví a abrazarla. La lluvia no parecía querer para y nosotras seguíamos debajo de ese techo. Sabía que Lisa estaba asustada, su hermana tenía solo 15 años y su padre también estaba enfermo.

-Te ayudaré con lo que necesites, ¿si?- Musité luego de unos minutos.

-Gracias Chaeng- Susurró quebrada.

Bese la coronilla de su cabeza y suspiré, esperando que todo saliera bien.

Mistake|| CHAELISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora