|| Makaria || Hija De Hades ||

III

– ¿Te parece bonito escapar de casa? – preguntó el padre

– Papá yo... –

– ¿Te parece que está bien desobedecerme? –

El padre se estaba enojando cada vez más

– ERES CONCIENTE DEL PELIGRO QUE HAY AFUERA Y DESAPARECES POR HORAS,SIN CONTAR QUE ESCAPASTE DE LA CASA – dijo el padre furioso – PENSÉ QUE ERAS LA MÁS DECENTE DE LOS 3 PERO TERMINASTE SIENDO MI MÁS GRANDE DECEPCIÓN,POR TU BIEN MÁS TE VALE NO HABER ESTADO BUSCANDO A LA MUCHACHA CON ESE HOMBRE –

En ese instante dentro de Sydney algo dejo de funcionar,se sentía tan mal que le dió una punzada en el pecho. Ella amaba a sus padres y quería ser un orgullo para ellos, pero cuando su padre le dijo eso se sintió la persona más inútil del mundo,antes de que se ponga a llorar enfrente de su padre se fué a su habitación y se encerró. Vió las ventanas tapadas con maderas para que no pudiera salir.

– No me importa si te encierras,de cualquier manera no hay forma de que te escapes – decretó el padre

Sydney no respondió, solamente se cambió y cuando se vió la cara tenía el aspecto cambiado, sus ojos celestes ahora eran azules y sin brillo,su característico pelo naranja era negro y ya no tenía sus bellos rulos,su piel era fría y se veía blanca,más de lo normal,era un mounstro.
Cuando se acostó en la cama seguía sin poder llorar,pero esta vez algo distinto pasó, sintió como calor,no era nada raro hasta la mañana siguiente.

Se levantó más temprano que toda su familia,no quería que vean ese cambio extraño que tenía,al ver por la ventana vió un escenario espectacular. Estaba lleno de nieve y colores azules,lo que era raro ya que eso solo pasaba en invierno pero no le dió importancia. Salió afuera, así con pijama y todo,no sintió una pizca de frío,como si ella y el frío fueran uno... Entonces escuchó como alguien hacía ruido en el pasillo de su casa, Sydney seguía con su aspecto cambiado así que no optó por otra que correr.

Corrió hasta que llegó a su lugar favorito,era un lugar lleno de árboles de colores,flores hermosas,animales bellos,pasto suave y un hermoso estanque cristalino.

Ese lugar no tenía nieve,le pareció muy raro,pero le dió igual. Se lavó la cara y arregló su cabello con sus dedos, Sydney parecía una princesa con cada pequeña acción que realizaba.

– ¿MAKARIA ERES TÚ? – se escuchó a lo lejos, Sydney reconoció esa voz así que se puso feliz de saber que Ralf estaba allí.

– Hola Ralf,soy Sydney, ¿Ya estás buscando a Makaria?,es muy temprano –

– Oh hola Syddy, pensé que eras ella porque no te reconocí,¿Te hiciste algo en el cabello? –

– No,no sé porque está así,ayer discutí con mi papá, fuí a mi habitación y cuando me ví al espejo me veía así,no le di importancia ya que estaba muy triste para pensar en mi aspecto – dijo la chica con un tono triste

– Eso si es extraño,pero sacando eso de lado,traje galletas recién horneadas,¿Quieres? – Preguntó Ralf amablemente.

– Muchas gracias Ralf – dijo la joven y agarró una galleta

Se quedaron comiendo y charlando un rato hasta que Ralf habló.

– Ya busqué en todo el bosque,no está por aquí,debe estar en el pueblo,¿Quieres acompañarme? – Dijo Ralf

– Con gusto –

Cuando iban saliendo del bosque Ralf notó que la nieve no acababa,y es que no, nevó toda la noche y ahora estaba lleno de nieve.

– Que raro,estamos en otoño,no invierno,¿Porqué tanta nieve? – Preguntó Ralf

– No lo sé,yo me desperté y estaba así,como mi cabello,todo está extraño –