VI

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Louis estaba caminando, dando vueltas frente a la puerta de la habitación de sus padres, decidiendo si tocar la puerta o no. Quería hablar con ellos, y, no había un momento específico, al final, si lo sacaban de su casa, así sea hoy, mañana o en diez años, no afectaría en mucho.

Suspiró y decidió tocar, dando unos leves golpes y escuchando una aprobación de su padre para entrar al cuarto.

Tomó la perilla y abrió lentamente la puerta, asomando su cabeza y viendo a sus padres viendo la televisión. Sonrió nervioso y entró, cerrando la puerta tras de sí, caminando hacia su cama y sentándose en la orilla.

—Hola hijo, ¿Qué pasa? - dijo su padre silenciando la televisión.

—Bueno, yo... He querido hablar hace mucho tiempo con ustedes de algo de suma importancia- murmuró rascando su nuca.

— ¿Sobre qué?

—Es algo... Indispensable. Yo necesito que me escuchen y acepten lo que quiero decirles porque ustedes son mis papás, y lo que más me gustaría es que me apoyen en todo lo que quiero para mi vida.

—Dinos ya, Louis- dijo su madre rodando los ojos.

—Te escuchamos hijo.

Louis podía reconocer algo, entre Mark y Karen, Mark era el padre más comprensible y cariñoso. Él lo apoyaba en muchas cosas, y aceptaba que lo que hacía su mamá, con las hijas de sus amistades, era la peor forma de conseguir una pareja para su joven hijo. Así que Louis no tenía tanto miedo con él; sino, su mamá era el mayor problema.

—Bueno, primero que nada, mamá- miró a Karen -te voy a pedir, por favor, que no vuelvas a insistir en encontrar una novia para mí y mandarlas a mi habitación. Si en algún momento quiero comenzar mi vida sexual, en el peor lugar que elegiría, sería en mi casa, así que, no lo hagas.

— ¿Solo por una pequeña muestra de afecto te pones así?

—Me mordió mamá, y eso es grosero e irrespetuoso. No le di mi consentimiento y no le insinué nada, así que no voy a tolerarlo otra vez.

—Eres joven, apuesto y soltero, no le veo ningún problema- dijo ella encogiéndose de hombros indiferente.

—Eso no le da el derecho de nada.

—Yo creo que él tiene razón, Karen. No debiste de permitir eso, es una falta de respeto hacia Louis y hacia nuestro hogar.

—Louis debe de conocer mujeres para poder saber lo que es vivir, ya tiene dieciséis y que no haya empezado su intimidad es muy extraño. Necesita que lo guíen, y tú lo proteges mucho- negó - debes de enseñarle.

—No le voy a enseñar a mi hijo a faltarle al respeto a la casa. Además, se supone que la religión nos enseña a todos a respetar nuestro cuerpo hasta el matrimonio.

—Bueno, ni importa- dijo rodando los ojos - ¿Qué ibas a decir? - dijo mirando a Louis.

—No estoy soltero- soltó -no soy una persona libre para poder salir con alguien y llevo dos años estando en un tipo de relación en la cual no he tenido ningún avance, ni la he vuelto una relación de noviazgo formal porque, precisamente, quería hablar con ustedes antes de hacerlo.

— ¿Quién es la chica? ¿Es de una familia decente? ¿No es una caza fortunas? - preguntó curiosa – recuerda lo que hemos hablado Louis. Nosotros no compartimos nuestra fortuna con gente mediocre de la media clase.

—No lo es, tiene tanto dinero como nosotros, claro que eso no sería importante, porque me han enseñado también que me debo de enamorar de la persona y no de cuantos ceros a la derecha tiene en el banco... y... No es una "ella"-

Saturno (l.s.).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora