XV

851 124 236
                                    

Louis realmente se estaba esforzando mucho para que Harry lo perdonara en todo. No, no es que Harry no tenga amor propio, es precisamente por el mismo amor propio que se tiene que decidió no perdonar tan rápidamente a Louis.

El castaño ya quería hablar con su madre acerca de Harry, porque sabía cuál sería la reacción; negarle ver a Harry otra vez, pero no interesaba, ya nada le importaba si Harry seguía a su lado.

Se encontraban en la habitación del castaño, viendo una película. Harry estaba entre las piernas de Louis, con un tazón de palomitas en las suyas, la espalda recargada en el pecho del mayor mientras este le acariciaba sus rizos.

Habían llegado al acuerdo con Mark de que el hombre les avisará a ellos antes de que Karen llegue para poder disimular y así no correr ningún peligro.

—Me gustaría tener un gato- dijo Harry de repente, metiendo unas palomitas a su boca.

—¿Un gato?

—Sí, que sea tuyo y mío- dijo con una sonrisa –nuestro bebé, para poder entrenar a como ser papás.

—¿Estas consciente de que un bebé humano es mucho más frágil? - dijo divertido.

—Tendremos como diez años para practicar.

—¿Cuántos bebés quieres tener?

—Creo que es una decisión que los dos debemos de tomar, Boo- rió –me gustaría tener muchos bebés, que se parezcan a nosotros. Pero, no quiero que rentemos un vientre o algo así, quiero que adoptemos a todos los niños que podamos. Hay muchos niños pequeños abandonados en los orfanatos. No sé- se encogió de hombros –es algo que siempre he deseado hacer, el darle un hogar a niños que lo necesiten.

—Jane.

—¿Qué?

—O Peter, o Danny.

—¿De qué hablas?

—Mi película favorita es Peter Pan, y mi musical favorito es Grease. Cuando tengamos a esos bebés... Siempre me han gustado esos tres nombres. Imagínate, Danny Tomlinson-Styles.

—Si- sonrió –Suenan muy bien nuestros apellidos juntos.

—Muy bien- besó su cabeza –no sabes lo mucho que anhelo poder besarte, sin embargo, puedo ser paciente. Ya tendré toda una vida para hacerlo.

...

—Necesito hablar contigo- dijo Louis llegando a su lugar, donde ya estaba Eleanor.

—Dime, amor- sonrió.

—Primero, no me llames amor. Ya te dije perfectamente que estoy con Harry. Y segundo, quiero que dejes de hacer lo que dice mi madre que hagas por ella.

—¿Quién dice que hago lo que Karen me dice? - fingió inocencia –yo te amo, Lou. Y creo que te lo demostré hace un par de noches.

—No, Eleanor. No sabes lo que es el amor, y eso no es amor. Yo no sabía que eras tú, y creo que eso lo sabes perfectamente. Piénsalo bien, porque seguirle los juegos estúpidos a mi madre puede meterte en problemas, que aprovechar tener sexo conmigo cuando yo no estaba despierto, se considera como abuso.

—Ahora dirás que abusé de ti, ¿no? - rió.

—De hecho, eso hiciste. Estudia un poco, para que sepas que igual se puede. Me hice una prueba antes de las 24 horas después de que termine de cenar esa noche, así que, si algo sale en esas pruebas, te pueden incriminar- se encogió de hombros.

—Yo no hice nada.

—Pero mi madre si, y tú lo sabías.

—Todo lo hago por amor, Lou. Tú y yo somos el uno para el otro, entiéndelo. Yo te puedo dar bebés, Harry no. Yo te puedo hacer el hombre más feliz del mundo.

Saturno (l.s.).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora