XXVIII

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Louis tocó la puerta abierta del cuarto de Harry, el cual estaba leyendo un libro.

El rizado alzó su vista y le sonrió, viendo que el chico entraba a su habitación y se sentaba en la orilla de su cama.

—Aún son las seis de la tarde, y todavía tenemos una semana para que comiencen las clases, ¿ya vas a dormir?

—No, en realidad estaba muy aburrido y decidí comenzar a leer.

—Te invito a una cita, creo que eso será mucho más divertido que leer ese estúpido libro— sonrió.

Habían comenzado a "volverse a conocer" hace un par de meses. Meses en los que Louis realmente era totalmente diferente con Harry a como era al principio.

Lo llevaba a citas, a comer, al parque, al cine. Incluso tenían citas en la casa, donde simplemente dormían juntos y veían películas. Ni siquiera había tenido la intención de ir más allá, porque realmente quería llevar su relación al pie de la letra, tal como Harry quería.

De verdad se podía ver un gran cambio en Louis en cuanto a su forma de ser con el rizado. Todo estaba bien, salvo la mentira que aún sigue existiendo entre ellos, claro está, la cual Louis piensa mantener hasta el final de la universidad.

Claro que su idea de que al final de la graduación el lleve a Harry a un lugar tranquilo y le diga "oye, fíjate que nunca deje de estar comprometido, pero prometo que, mañana regresando a mi casa, la que compartía con mi prometida, lo romperé y seremos felices por siempre", no sonaba tan bien, aunque por ahora funcionara.

A veces, Eleanor llamaba, y algunas de esas veces, Harry estaba con el durmiendo, así que tenía que maniobrar para poder responder sin enojarse y no despertar a Harry al mismo tiempo.

Asombrosamente, Harry no escuchaba esas llamadas, ni notaba la conversación que Louis tenía con Eleanor en su celular, que se basaba en el castaño pidiéndole que le devuelva el anillo y ella diciéndole que no lo haría porque, aunque estén con otras personas actualmente, ella si se quería casar aún.

—¿A dónde? —preguntó curioso, cerrando su libro y dejándolo a un lado.

—Es sorpresa— dijo feliz — te lo puedo decir si me das un beso.

—Lou— dijo en tono de advertencia.

—Ya se— rodó los ojos — nada de besos hasta que seamos novios.

Esa era una de las condiciones de Harry para poder volver a conocerse, el no besarse hasta que sean novios. Principalmente, porque ese fue uno de los tantos errores que cometieron la primera vez, el hacer cosas de novios aún sin serlo. Segundo, porque Harry se conocía, y sabía que el besarlo iba a terminar en algo más después de tanto tiempo estando sin él, y era lo que menos quería en ese momento, porque quería hacerlo bien, sin importar lo mucho que desee besarlo todos los días.

—Entonces, dime a dónde vamos.

—Solo iremos a comer un helado, estaba aburrido y pensé que sería una gran idea llevar al amor de mi vida a caminar un poco.

—De acuerdo, solo sal un momento, me voy a dar una ducha — murmuró poniéndose de pie.

—¿Te puedo acompañar? — dijo coqueto.

—Buen intento— rió para ponerse serio después — pero eso no va a suceder en un momento cercano.

—Porque no me dejas pedirte que seas mi novio.

—No necesitas permiso para eso— le guiño un ojo — te estas tardando — y posteriormente cerró la puerta tras de sí, poniéndole cerrojo.

Louis llevaba dos semanas pensando en volverle a pedir a Harry que sea su novio, pero quería hacerlo en grande, mucho mejor que la primera vez. Claramente, volvió a pedirle ayuda a Yasser quien alegremente aceptó, amenazando a Louis de que su volvía a romperle el corazón a Harry, él le rompería la cara.

Saturno (l.s.).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora