VIII

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Louis había dicho que iba a esperar. Estaba seguro que lo iba a hacer, pero no podía tener tanto control sobre sí mismo cuando Harry estaba sobre él, besándolo húmedamente.

Si en algún momento habían dicho que no sabían besar, eso quedo en el pasado, y Harry claramente ya sabía besar, y lo hacía demasiado bien como para poder debilitar la fuerza de voluntad de Louis.

El castaño había llegado a casa de Harry como casi todos los días a acompañarlo mientras sus padres llegaban en la noche, ya que, después de la escuela, se quedaba mucho tiempo solo, y no le gustaba, así que había comenzado a ir a acompañarlo en la tarde.

Todo estaba perfectamente, se estaban besando como siempre lo hacían, eran simples besos, pero, de nuevo, Harry se sentó sobre las piernas de Louis e hizo un movimiento que provocó que el castaño comenzara a cuestionarse el por qué no había permitido que Harry hiciera eso todo el tiempo.

—Vamos a mi habitación, Lou- murmuró mientras bajaba sus besos al mentón del mayor.

—Yo...

Harry se separó y se levantó del sillón, tomó la mano de Louis y lo levantó del sofá.

—Mira, Louis- dijo serio –te he esperado dos años, y realmente es muy frustrante que ambos queramos algo y que por tu miedo a lastimarme no lo quieras hacer. Así que, tú decides, o vamos a mi habitación o lo hacemos aquí.

Louis sonrió y soltó una risita, quería tomarse a Harry en serio, pero no podía con su rostro enojado, con el cabello revuelto, los labios rojos y las mejillas sonrojadas. No podía negar que se veía demasiado caliente, pero le causaba demasiada ternura, cuando no estaba sobre él, claramente.

— ¿Qué te picó como para que te volvieras tan atrevido?

—Louiiiiiiiiiiiiiiiiiiis- se quejó.

—Bien- suspiró con una sonrisa –vamos a tu habitación, guapo.

Harry sonrió y caminó hacia las escaleras, siendo seguido por Louis. La verdad es que el castaño ya había mandado a la mierda sus ganas de esperar, sobre todo cuando Harry llevaba más de un mes insinuándose de esa manera.

Llegaron a la habitación y Louis lo empujó dentro, cerrando la puerta y poniendo a Harry entre esta y el.

—Eres un descarado, mi amor- murmuró –te encanta hacer esto.

Harry mordió su labio inferior y rodeó con sus brazos el cuello de Louis, haciendo que el castaño tomara sus caderas.

Se acercó a Louis y lo siguió besando húmedamente. Louis ya ni siquiera intentaba parar los besos de Harry, ya no podía engañarse a sí mismo, quería dar ese paso con Harry, ya luego le pediría que fuera su novio.

El beso se intensificó, haciendo que Louis bajara sus manos y tomara los muslos de Harry para alzarlo y hacer que el rizado rodeara sus caderas con sus piernas.

Caminó hacia la cama, hasta que sintió que sus piernas golpearon el borde de esta y se sentó, teniendo a Harry sobre él.

Harry movió sus caderas, chocando contra la entrepierna de Louis. El mayor realmente trataba de tener control sobre sí mismo, pero Harry se atrevió, soltó un mínimo jadeo, casi inaudible, pero lo suficiente para que Louis lo escuchara.

Comenzó a descender los besos hacia el cuello de Harry, mientras este movía sus manos hacia el cabello de Louis y enredaba sus dedos en él.

Louis metió las manos debajo de la camisa de Harry, levantándola un poco, acariciando sobre su cintura, sintiendo lo suave que se sentía la piel de su no-novio.

Saturno (l.s.).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora