XXIX

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Louis tomó el teléfono mientras Harry se tomaba una ducha y salió hacia la sala de estar para poder hablar con tranquilidad.

Marcó al número una vez más y, luego de tres pitidos contestaron.

—Vaya, dos llamadas en menos de tres meses, ¿a qué debo este honor, mi amor? — dijo divertida.

—No voy a dar largas explicaciones sobre mi llamada, ni siquiera quiero argumentar mi decisión de llamarte, Eleanor, así que lo diré como es.

—Si vas a volver a decirme que ya rompiste el compromiso y todo eso, te repito que eso no se va a romper, creí haber....

—Es que no me puedes obligar a estar contigo si yo no estoy enamorado de ti. Desde los 12 malditos años estoy enamorado de Harry, y eso perfectamente lo sabías, y lo sigues sabiendo hasta el día de hoy.

—¿Y crees que Harry va a seguir contigo después de que sepa que estas comprometido conmigo? — rió.

—Estaba — corrigió — a partir de este momento, dejó de estar contigo. Pueden quedarse con ese dinero mi madre y tú, no me interesa. Mi universidad yo la mantengo con mi promedio perfecto, no necesito dinero porque tengo a Yasser para apoyarme mientras consigo como valerme por mi mismo. No necesito a mi madre en mi vida, así que no hay nada que me obligue a quedarme en un lugar en el que finjo ser alguien que evidentemente no soy. Soy gay, Eleanor, entiende eso.

—No decías eso cuando follabamos casi todos los días.

—Qué lástima que me tenía que imaginar a Harry para poder tener una erección, es todo Eleanor. Ten una buena vida y disfruta del dinero que les estoy dejando, porque al parecer, tu eres la persona que mi madre siempre quiso como una hija, eres todo lo que yo no quiero ser.

Sin esperar una respuesta, colgó y apagó su celular. Este día nadie se lo iba a arruinar, ni siquiera su madre, hoy iba a pedirle a Harry que volvieran a estar juntos, por fin, después de tantos obstáculos que habían vivido.

En la mañana habían ido a la Gran Manzana y habían recorrido cada tienda para encontrar el atuendo perfecto para su cita de hoy.

Harry le había tomado la mano a Louis por primera vez en público, y él no podía sentirse más feliz por esa pequeña acción que hizo que se sintiera como un adolescente de 15 años recibiendo el primer abrazo de su gran crush de secundaria.

Y es que Harry lo era, y también de la preparatoria, y de la universidad. Harry lo era todo, y siempre lo sería.

—¿Lou? — escuchó desde la habitación.

Louis rápidamente llegó hacia ahí y entró, viendo a Harry secándose sus largos rizos y tratando de acomodarlos de alguna manera.

Pero eso no le interesaba a Louis en ese momento. No cuando Harry se veía demasiado bien sin camisa a través del espejo, y... Mierda.

Claro que el crecer y la pubertad había hecho un increíble trabajo en el cuerpo ahora tatuado de Harry Styles.

—Me... — carraspeó — ¿me llamaste?

—Oh si— se dio media vuelta con una sonrisa haciendo que Louis soltara un grito interno por lo increíblemente sexy que era — es que compré dos camisas, y la verdad no sabía cuál ponerme, así que pensé que podrías ayudarme a escoger.

—Por mi quédate así — murmuró para sí.

—¿Qué? — dijo confundido.

—Que la negra se te vería muy bien— dijo rápidamente — yo... Me iré a bañar.

Saturno (l.s.).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora