NUEVE

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¿Dónde están?

-¿Por qué quieres saber de ella?-Pregunté haciéndome una idea del por qué.
-La verdad, se me hace muy bonita y por lo que noté es muy callada-Agachó la cabeza mientras hablaba.
-¿Leigh? ¿Leigh callada?-Estallé en risas-Esa niña no se calla cuando toma confianza.
-¿En serio? Mejor aún.
-Dos chocolates calientes.-Se acercó la mesera con las dos tazas dejándolas cada una enfrente nuestro.- ¿Algo más?
-Así esta bien, gracias.-Respondió Harry.

***

Después de contarle varias cosas sobre Leigh y de terminarnos nuestros chocolates, decidimos ir a dar una vuelta.

-Hablando de las chicas y todo esto, ¿has sabido algo de ellas?-Preguntó mirándome a la cara.
-No, desde anoche no he hablado con nadie-Suspiré-. ¿Por qué preguntas?
-Anoche que acabó el directo, Louis se fue directo a su casa sin decir palabra. Al parecer estaba muy arrepentido por lo que sea qué hubiese hecho-Hizo una pausa y continúo-. Las chicas en cambio, se quedaron hasta tarde en la disquera. Pero desde entonces nadie sabe nada de ellas, no estaban el la disquera ni nada. Simon está demasiado preocupado por lo que sea que le haya pasado.
-Me estás preocupado Harry, le llamaré a Leigh-Saqué mi teléfono y marqué su número.

Cinco tonos y la llamada entro a buzón.

-No contesta... déjame probar con Jesy, ella siempre contesta-esta vez, marqué su número.

Cinco tonos y la llamada entro a buzón.

Y así probé con el número de Perrie y Jade, pero ninguna de contesto. Estaba preocupándome mucho.

***

Llegamos a la disquera. Los nervios de que les hubiese pasado algo me mataban, así que Harry me llevo a la disquera.

Entré al edificio y saludé a la secretaria. Seguí caminando para llegar a la oficina dé Simon y de repente, Louis apareció en mi camino.

-___...-Dijo con un hilo de voz, que al instante, se cortó.

Al parecer, había llorado. Tenía los ojos llenos dé ojeras, estaba desarreglado y se notaba que no había dormido nada. Su camisa desarreglada y sus pantalones holgados no daban buena impresión del uno de los ídolos británicos más famosos.
Le tenía lástima, muchísima lastima. Pero mi cabeza me recordaba lo que había hecho y la lástima desaparecía.

-¿Qué quieres?-Dije seca.
-Perdóname por favor...-Se tiró al suelo de cuclillas y junto las manos.
-Lo único que haces en quedar en ridículo en frente de todo el personal. Además, tienes novia.
-Ya no.
-¿Qué?- Solté una risa nerviosa- ¿Cómo qué ya no?
-Terminé con ella ayer.
-¡Louis! ¡¿Por qué?!-Me puse una mano en la frente.
-¡Te quiero ___! ¡Te necesito a mi lado! ¡Soy un completo hijo de puta y lo acepto!
-Louis, no.
-Por favor ___, te lo suplico de rodillas-Sus lagrimas empezaron a salir.

No estaba segura de perdonarlo. Todavía seguía muy dolida por lo que había hecho. El recuerdo no se desvanecería tan fácil.

Suspiré y miré mí reloj de muñeca, 4:57pm.

-Dame tiempo hasta que aparezcan las chicas y lo pensaré, lo prometo.

Cuando Louis se estaba parando, la puerta de la oficina de Simon se abrió de repente y salió Simon desesperado.

-___, las chicas...

Same MistakesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora