Dante llegó a su departamento ya de mañana, cuando Geronimo ya estaba levantado y listo para irse a correr.
—¿Cómo está Dan? —preguntó Geronimo.
—Va reaccionando bien —respondió Dante.
—Me alegro —dijo el menor de los Morelli —. Voy a correr —anunció —, hay comida en la nevera y el café está recién hecho.
—Gracias, hermanito —le dijo Dante —, pero estoy molido. Me voy a dormir un rato.
—Vale —respondió Geronimo.
Dante cayó profundamente dormido, pero al poco tiempo, el sonido de su celular lo despertó. Era una llamada de Jessy.
—Hola —respondió con voz ronca.
—Ya estoy en el taller —dijo la chica —. Como solo podía estar en el pasillo del hospital y Dan ya está estable, he decidido venirme para dónde se me necesita.
—Creí que Richy no tenía clientes —dijo Dante.
—No se trata de eso —admitió Jessy —. ¿Te has olvidado de lo que han pintado en la puerta del taller? —le recordó —, pensé que lo ha dejado un poco histérico, pero para nada.
—Ya sabes que Richy no cree en eso —le recordó el chico.
—Pues ni tanto —dijo ella —. Cuando llegué, estaba limpiando el símbolo.
—Yo hubiera hecho lo mismo —admitió él.
—Me preocupa Richy —confesó Jessy —. Creo que la está pasando bastante mal, pero no me muestra nunca lo que siente —dijo con pesar —. De hecho, no se lo muestra a nadie de nosotros. Siempre es el que sonríe y nos dice que todo estará bien.
—¿Y le preguntan cómo se siente? —preguntó el chico.
—Por supuesto —dijo ella —. Se lo pregunto todo el tiempo.
—Tengo el presentimiento de que conozco a Richy mejor tú —bromeó él.
—A lo mejor contigo se muestra diferente —dijo Jessy.
Leyendas de Duskwood.
Conversación entre Dante y Richy.
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El misterio de Duskwood
Hayran KurguHannah Donfort lleva tres días desaparecida, y la única pista que tienen sus amigos, es un mensaje de texto con un número teléfonico en él. Rápidamente, los amigos de Hannah contactan a Dante, el chico del número para saber cuál es su relación con H...