"Mi caída"

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Antes de dar inicio al relato, quiero aclarar que esta carta para mí, es muy especial. Se podría decir que no es real, y que quién la escribe tampoco, pero para mí, esta es muy auténtica. No me consideren a mí como la escritora. Eso es todo.


"Mi caída"


Ciertamente,el tiempo que he pasado sin tomar un lápiz con la convicción de estar cara a cara con el papel para "liberar" mis culpas ha sido mucho. Dudé mucho sobre si debería hacerlo o no, pero mis ojos están abiertos mientras escribo esto con gran presión sobre la hoja.

Yo sólo quiero dejar plasmadas las que luego podrían ser consideradas mis últimas (y espero que así sea) palabras.

Esta es una carta de suicidio, no tengo otro nombre para ella. Y no, esto no significa que luego de terminarla iré y me tragaré un frasco de pastillas. Para nada. Eso sería demasiado simple. No voy a ir y matarme sólo porque sí. Aunque me cueste admitirlo, eso le haría daño a muchas personas, y yo soy demasiado buena, lamentablemente.

Considero a esta mi carta de suicidio, porque, cuando muera, será mi culpa sin importar qué.

Siempre he querido creer que moriré joven. Para mí eso sería un privilegio. Si alguien lee esto después de que muera, y he muerto en plena juventud, quiero decir que puedo descansar, no puedo afirmar que en plena paz, pero lo hago. Y si no he muerto joven, quiero decir que de igual manera nunca lo fui del todo.

La razón de mi muerte, sea cual sea, fue mi culpa. No culpes al tiempo, a una enfermedad o a un conductor borracho, por favor. Mi muerte no ha sido culpa de una intervención divina, tampoco. Si he muerto, es porque así lo he decidido al levantarme esa mañana, o no.

Mi vida no ha sido del todo feliz, lamento decir. No debes sentir nada por mí, al menos yo estoy muerta.

Para el momento en el que escribo esto, nunca he amado a nadie, dime tú, ¿ya he tenido un amor de cuentos de hadas? ¿Llegué al extremo de admirar, finalmente, a alguien? O es que acaso, ¿alguien lo ha hecho por mí?

Es duro que ayer (imagina cuanto tiempo pudo haber pasado desde ese "ayer"), escuché como alguien decía que todo ser humano tiene la capacidad de amar. Quisiera saber entonces, si yo no lo soy. No digo que no quiera a alguien, lo hago, pero no puedo amar. ¿En dónde puedo aprender a desarrollar este sentimiento? El afecto nunca ha sido lo mío. No puedo decir que lamento no haberte demostrado mi cariño, es mi nota de suicidio y no me atreveré a mentir aquí. Incluso si eso te hace sentir mejor.

Me había alejado, pero necesito terminar con esto. No he dicho aún todo lo que tengo que decir. Necesito contar todo aquello que me atormenta.

Nunca he tenido una vida miserable, no tengo demasiados motivos para quejarme de ella. Soy buena, pienso, pero el problema recae en que no soy una verdadera persona. Considero que he usurpado descaradamente este cuerpo en el que vivo. Estas manos que plasman todo aquello que siento y da vueltas en mi cabeza, no son mías. Estoy consiente de que yo no fui la persona que debió llegar aquí. Estoy encerrada.

Creo que nunca he sido una persona muy grata de ver. Le he de disgustar a muchos, quizás hasta el grado de odiarme. He irritado a una cantidad muy grande de personas, al menos. Casi no tengo lo que las personas llaman "amigos." Y de igual manera no me interesa.

"Soy un alma solitaria y libre", le dije a alguien una vez. Mentí.

"Yo casi nunca miento", recaí, seguramente.

Así cómo nunca he podido amar a alguien, tampoco he podido odiar, ¿eso me hace menos humana? Me he visto en la gran tarea de pensar esto debido a que, según la historia de la llamada humanidad, estos sentimientos siempre están presentes en ellos. Yo no siento ninguno de los dos.

Admito con horror que siempre he querido hacerle daño a alguien (no necesariamente debería odiarlo) Algunos dirían algo como "¡Que monstruo!" y estarían aún más indignados al leer mis escritos. Que habilidad de hipocresía tendrían. A diferencia de aquellos, yo no he hecho ningún daño, me conozco lo suficiente como para afirmar, que lo sólo lo haría si fuera necesario, a pesar de que deseo hacerlo. Y aquellos que lo han dicho, sí que han hecho daño, y nunca se atreverían a decirlo. Al menos hay sinceridad.

Hay personas (sí, como cualquiera) que sólo se alimentan del daño a otros. Normalmente, esta especie no tiene un buen objetivo en sus vidas. Comparándolos conmigo, siguen siendo más humanos.

Por mi parte, no tengo ningún objetivo en la vida. Evoca mi tristeza, es una de las pocas cosas que la provoca en mí. Pero quiero que los demás tengan un objetivo, como yo no. No quiero que nadie lleve mis emociones. Y no digo "vida", digo "emociones."

No puedo cambiar el mundo, no viviré lo suficiente. Ya estoy muerta.

No puedo dejar un legado.

No puedo llenar la vida de alguien.

No puedo enorgullecer a nadie.

No puedo librarme de mi encierro.

No puedo tener todo lo que quiero.

Podría seguir y seguir, ya que al fin, amo mis cadenas. No puedo hacer nada de eso, soy realista, pero puedo dar lo mejor mientras aún viva. Lo intentaré, siquiera, sólo para seguir viéndome menos humana cada día.

Mi vida no va en ninguna dirección. No cambiaré de opinión cuando estoy convencida que mi humanidad es mínima. Soy una criatura más, robando una identidad que no me corresponde.

Toda mi vida he respirado para este momento. Quiero dar las gracias a los que me han hecho quien soy. Todos aquellos que dicen conocerme. Todos ustedes, que me rodean, me han hecho caer en cuenta de que no soy un ángel, un demonio o un humano. Simplemente soy un pensamiento aceptando su muerte. No soy omnipresente, ni particular. No valgo demasiado, pero es quien soy. Estas son mis palabras.

Y esta es mi muerte.

Gracias.

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