Caída

Implorada caída

Implorada caída

Si te regalo mi corazón, lo envuelvo para ti, con una presentación llena de colores, ¿lo aceptarías? Con gusto te lo entregaría cual presente. Pero si yo te doy mi corazón, si te lo entrego, si te lo regalo..., ¿prometerías no quebrarlo?

Yo te lo quiero entregar de forma inocente, sin preocupaciones. Quisiera que lo conocieras, que pasaras tiempo con él y te encariñaras en lo posible o más. Por favor, ¿aceptarías mi corazón?

Necesito entregártelo, porque tengo una mente racional que me obliga a dártelo. Confío en ti o al menos eso quiero creer. Tengo miedo, lo admito, pero el miedo no se compara al futuro.

En caso de que lo aceptes, debo decirte algo: a mi corazón le gusta agitarse. Él suele acelerarse, suele preocuparse y suele esconderse también... Pero calma, solo tendrá algo de temor a volver a su origen de oscuridad y sangre.

Sí, mi corazón es algo inquieto, también suele fallar, sufrir e incluso llorar, pero hay algo que te puedo asegurar: mi corazón no te hará daño.

Es un inocente que conoce el dolor, y aclarado eso, es el porqué de mi entrega. Mientras más siga conmigo, más sufrirá.

¿Entiendes lo importante de esto? No quiero que él pague todo lo que paso. Su temor serán solo secuelas que con el tiempo desaparecerán. Ahora, ¿aceptarías tú mi corazón? Solo por un tiempo, al menos hasta que muera y mi carne caiga en tiras.

Si mi corazón permanece conmigo, se desgarrará, destruyendo sus tendones, masacrando sus latidos... Morirá mi corazón si permanece por más tiempo junto a mí. Eso sería una lastima: morir de pena. A él no le dolerá irse tanto como a mí dejarlo marchar. Me quitarías un gran peso y te estaría en deuda. Nunca hemos sido muy unidos mi corazón y yo, por eso recibirlo por tu parte sería lo mejor.

Recuerda que mi corazón es un inocente, pero yo no. No quiero corromperlo, así que por favor acepta. Ya he hecho el hueco en mi pecho y él está emocionado. Esperamos tus respuestas.