CAPITULO 10: DE CAMINO AL INSTITUTO Y UNA APUESTA PENDIENTE

119 21 4
                                    

DISCLAIMER: Los personajes de esta historia son de la maravillosa STEPHANIE MEYER yo solo juego con sus personajes.

DE CAMINO AL INSTITUTO Y UNA APUESTA PENDIENTE

POV BELLA

- Enserio tenemos que ir al instituto mañana?

- Si

- Por favor, una semana mas.

- Pues no, lamento decírtelo hermanita.

- Bien, buenas noche - hice una pausa - Y fuera, que tenemos que dormir.

Lo dije con una sonrisa inocente en la cara y con una patada fuerte, lo deje en el suelo, pero al parecer se dio cuenta bastante tarde, cuando el yacía en el suelo.

- Muy graciosa.

- Claro

Lo saque del cuarto y me dispuse a dormir, pero no conciliaba el sueño. Mañana asistiría a la escuela. No es genial.

No claro que no.

 Me removí varias veces por la noche sin éxito alguno en conciliar el sueño. Hasta que mis ojos se fueron cerrando poco a poco y descanse en los brazos de Morfeo.

Había pensado que el asunto de la marcha tenía que ver con dejar a su familia vivir en paz. ¿Por qué debíamos irnos nosotros si ellos se marchaban también? Le miré en un intento de entender lo que me quería decir. Me devolvió la mirada con frialdad. Con un acceso de náuseas, comprendí que le había malinterpretado.

- Cuando dices nosotros... - susurré.

- Me refiero a mí y a mi familia.

Cada palabra sonó separada y clara.

Sacudí la cabeza de un lado a otro mecánicamente, intentando aclararme. Esperó sin mostrar ningún signo de impaciencia. Me llevó unos minutos volver a estar en condiciones de hablar.

- Bien - dije - Voy contigo.

- No puedes, Bella. El lugar adonde vamos... no es apropiado para ti. 

- El sitio apropiado para mí es aquel en el que tú estés.

- No te convengo, Bella.

- No seas ridículo - quise sonar enfadada, pero sólo conseguí parecer  suplicante - Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

- Mi mundo no es para ti -repuso con tristeza.

- ¡Lo que ha ocurrido con Jasper no ha sido nada, Edward, nada!

- Tienes razón - concedió él - Era exactamente lo que se podía esperar.

- ¡Lo prometiste! Me prometiste en Phoenix que siempre permanecerías..

- Siempre que fuera bueno para ti - me interrumpió para rectificarme.

- ¡No! ¿Esto tiene que ver con mi alma, no? - grité, furiosa, mientras las
palabras explotaban dentro de mí, aunque a pesar de todo seguían sonando como una súplica - Carlisle me habló de eso y a mí no me importa, Edward. ¡No me importa! Puedes llevarte mi alma, porque no la quiero sin ti, ¡ya es tuya!.

Respiró hondo una vez más y clavó la mirada ausente en el suelo durante un buen rato. Torció levemente los labios. Cuando levantó los ojos, me parecieron diferentes, mucho más duros, como si el oro líquido se hubiese congelado y vuelto sólido.

Un Encuentro InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora