Sábado por la tarde, Zhan cargaba unas bolsas plásticas con víveres dentro, comida congelada y muchas, muchísimas zanahorias.
Era un gran y largo recorrido desde el supermercado hasta su casa, ya que este no conducía por no tener la mayoría de edad, llevaba la bolsas en cada mano a paso lento.
Su móvil estaba en vibración, había estado recibiendo muchos mensajes de su madre y algunas llamadas, pero no quiso contestarle ya que sabía que recibiría una riña.
Había estado fuera toda la mañana, buscando el libro que Yibo le había arruinado y se pasó todo el día así, recibiendo la misma respuesta de todas las librerías y bibliotecas más cercanas que fue, "lo sentimos mucho pero no tenemos El Nombre de la Rosa", lo que más le molestaba era que no lo había terminado de leer.
Se rindió por hoy, luego volvería a buscarlo, después de ello compró comida con el dinero que sus padres le habían enviado.
Estaba entrando ya al condominio donde vivía, trasladó una de las bolsas hacia la otra mano para sacar las llaves de su bolsillo con la izquierda y subio las escaleras al segundo piso manteniendo la mirada hacia abajo sobre la llave redonda que le había dado la duena del lugar.
Su vista viajó mientras caminaba hacia el barandal y el horrendo paisaje que siempre miraba al salir por las mañanas, sus orbes fueron hacia el frente para buscar su habitación pero se detuvo al ver a Yibo quién lo observaba tambien.
El chico castaño cargaba consigo un morral, con ropa casual y tenía su móvil en mano.
—¿Por qué no contestabas mis llamadas?, te estuve esperando hace horas— habló Yibo con enojo dejando de apoyarse contra la pared, ahora se paraba recto.
—Te hubieras ido entonces— contestó Zhan acercándose a dónde estaba este, a un lado de su puerta.
—Porque se supone que esta era la hora de estudio, lo dijimos por mensaje, gilipollas —seguía con el ceño fruncido y la voz molesta mientras miraba a Zhan colocar la llave en su puerta.
—Lo olvidé— contestó el menor con simpleza y sin tomarle más importancia.
Trataba de abrir la puerta sin parecer el más imbécil del planeta ya que Zhan no sabía si era culpa de la puerta o suya por lo cual no se abría.
Yibo se le quedó mirando con algo de burla —Deberías irte, hoy no tengo ganas de lidiar contigo— Zhan hablo justo cuando la puerta se abrió.
—¿Y tú pagarás la gasolina por el viaje hasta aqui?— preguntó Yibo.
—No, pero estoy seguro de que tus papis lo harán por ti, como todo— sonrió con sorna y cruzó la puerta.
Estuvo por cerrarla cuando Yibo lo detuvo y entró sin permiso.
—Puedo llamar a seguridad —advirtió.
—No hay seguridad en este cuartucho de mierda—dijo con enojo —no vine hasta aquí en vano, ¿vale?
Zhan miró hacia el techo algo estresado y sobre todo por escuchar el constante pitido de su teléfono por los mensajes de voz sin escuchar.
Cerró de un portazo mirando a Yibo con mucho enojo —Deja tus cosas en el sillón o donde quieras— habló tratando de calmarse un poco.
Caminó hacia el teléfono, presionó el botón que estaba debajo del puntito rojo que indicaba los mensajes y se dirigió a la cocina para dejar las bolsas mientras la voz de su madre se escuchaba.
"Cariño, no hemos podido hablar mucho por el trabajo y por tu nueva escuela”, Yibo miró de donde provenía el sonido y rodó los ojos pareciendole una ñoñada, "pero nos alegra a tu padre y a mi saber que ya te has instalado perfectamente, llámanos cuando tengas tiempo y no te esfuerces demasiado, Zhanie, date tiempo para todo, hasta para tomar un respiro, ¿vale? te amo, dulzura".
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Un objetivo fácil [Yizhan adaptación]
Hayran KurguZhan no es la clase de tipo que se deja molestar. Yibo esa clase de tipo que quiere dar collejas a todo mundo, pero alguien va a desequilibrarlo, pues Zhan no es un objetivo fácil. ✧Edades y estaturas alteradas. ✧Ésta historia no es mía, es una adap...