◈ Capítulo. Nº 42 ◈

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Seguimos con los premios

Me encontraba en el centro comercial, junto a mi hermoso bebé, Sirius iba delante de mí, yo manejaba el carrito de compras, mi esposo iba vestido con un short blanco que le quedaba algo corto, pero encima traía una sudadera azul cielo, un collar de encaje blanco, contorneaba su cuello, y unos tenis blancos, en sus muñecas traía unas pulseras con argollas para amarrarlo, pero estas no se notaban por su vestimenta.

Como sea, estábamos comprando los víveres, cuando Sirius se estiro para alcanzar una caja de cereal del estante de arriba, metí mi mano en el bolsillo del pantalón, presionando un pequeño botón.

Sirius cayo de rodillas en el pasillo, gimiendo o eso parecía, estaba mordiendo sus labios, tratando de callarse, no podía decir nada a menos que yo se lo ordenara y si era un niño bueno, le daría un premio.

- Vamos Sirius, tenemos que continuar - Sus ojos voltearon a verme, con esa miradita de que me cobrara esto después, pero por el momento mi esposo era todo mío.

Apague el juguete que tenía metido en su culo, este era el causante de todo su tormento, literal, esa cosa lo estaba follando cada vez que presionaba el botón.

Sirius se levantó del piso tratando de controlar su excitación, volvió a ponerse sobre las puntas de los pies, para tomar el cereal, el cual dejo en el carrito, y volvió a caminar buscando el siguiente producto, Sirius volteaba la mirada observando por donde caminaba, lo tome desprevenido y volví accionar el juguete, esta vez traía en sus manos una bolsa con avena, la cual apretó con fuerza, por suerte no se rompió, pero eso no impidió que Sirius jadeara sonoramente, una pareja de ancianos volteo hacia mi esposo, las mejillas de Sirius se tornaron rojas de vergüenza.

- ¿Estás bien cariño? - Le pregunte de forma tranquila, Sirius lo seguía follando el juguete, con esfuerzo asintió.

Seguimos caminando, llegando hasta la zona de congelados, voltee hacia la derecha e izquierda, no había cámara a la vista, pero aún si la hubiera, no me habría detenido, Sirius abrió la puerta del congelador para sacar sus paletas congeladas favoritas, yo me acerque por detrás enrollando mis brazos por su cintura y apoyando mi barbilla en su hombro, el dio un pequeño saltito de sorpresa, pegando con descaro mi entrepierna cubierta.

- Que ruidoso estas el día de hoy bebé - Sirius se giró sobre su hombro inflando sus mejillas - ¿Quieres decirle algo a papi? - Ahora hizo un puchero.

- Papi, eres malo - Me empujó hacia atrás apartándome de él, cerrando el congelador, sus ojos resaltados con delineador negro, se veían tan hermosos.

- Continuemos, aún nos falta algunas cosas que comprar - Sirius me dio la espalda con un movimiento de latigazo, sonreír por su actitud, presione el botoncito, logrando que se tensará y ahora si gimió sonoramente - ¿Que pasa mi amor?, ¿te duele el estómago? - Lo atraje a mis brazos abrazándolo, el apretó con sus manos mi camisa, y su rostro lo ocultó en mi pecho, se veía tan adorable.

...

Salimos del centro comercial, hice que Sirius entrara al coche, mientras yo guardaba las compras en la cajuela, entre junto a él, mi hermoso esposo veía hacia afuera, refunfuñando entre dientes.

- Háblame precioso - Le dije tomando su mano.

- Papi no ha dejado que me corra y me ha follado con el juguete, ha sido malo con bebé - Su voz sonó infantil.

Lo acerque para besar su frente - Vamos a comer precioso, y después vamos a casa, para cuidar de mi bebé - Termine besándolo en los labios.

Maneje hasta llegar a un restaurante que nos encantaba, llegamos tomados de las manos, mientras le daba pequeños besos en sus mejillas, nos sentamos y ordenamos nuestra comida, no había vuelto a encender el juguete, y estaba disfrutando de la conversación de mi bebé, voltee al mesero y parece que se iban a tardar un poco.

Domíname (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora