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El despertador sonaba, y sonaba. Era temprano cuando unos golpes en la puerta terminaron de despertar a ambos primos en la habitación.
Ambos se despertaron un poco alterados.
Cuando un gritó através de la puerta los trajo a la realidad de lo que sucedía.
-¡Chicos despierten, tienen escuela! - gritó Carmen.
-¡Voy mamá/ tía! - gritaron al unísono los primos.
Se levantaron y cada uno por su lado buscaron la ropa que se colocarían, junto con sus útiles de aseo personal, llegando a carreras al baño, por quien ocupaba el baño primero.
Pero lo que no se esperaban al llegar era que el baño ya estaba ocupado por Mariana. Suspiro Nora resignada.
-Piedra, papel o tijeras a quien le toca primero. - propuso Nora.
-De acuerdo. - aceptó Miguel.
Luego de jugar Nora ganó con tijeras contra papel, para Miguel después bufar por haber perdido, junto con una carcajada de Nora, la madre de Nora salió del baño, y rápidamente la castaña entró sacándole la lengua a Miguel mientras cerraba la puerta.
-¡Infantil! - gritó Miguel luego que cerrar.
(...)
Ya en la cafetería Nora se chocó con una chica castaña de ojos azules quien se disculpó enseguida con ella por tirar su comida.
-Tranquila, no fue tu culpa ambas estábamos distraídas- dijo Nora recogiendo lo que se le había caído de la bandeja, con una sonrisa sincera.
La castaña también la ayudó a recoger lo que tiro en el proceso.
-Soy Sam y ¿tu? - se presentó la castaña que ayudaba a Nora, sonriendo.
-Oh, mi nombre es Nora, un gusto conocerte- Dijo Nora sonriendole.
-Igualmenre ¿eres nueva?, es que nunca te había visto. - comentó Sam.
- Si, soy nueva. - respondió Nora sonriendo, visualizando a su primo sentado en una mesa.
-Disculpa que te deje así, pero en verdad necesito hacer algo, espero nos veamos luego.- volvió a decir Nora sonriendo.
-No te preocupes, vé, también espero verte luego- dijo Sam.
En eso Nora se acercó a la mesa donde estaba Miguel, aprovechó que el estaba de espaldas, colocó sigilosamente la bandeja a un lado de la de Miguel pero como estaba hablando con el otro chico que estaba en la mesa no sé percató.
Entonces colocó ambas manos a los ojos de Miguel, haciendo que se alterará un poco para luego relajarse.
-¿Nora? Sé que eres tu, pequeña apestosa. - dijo Miguel obvio.
