¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En la mañana, Nora junto a Miguel se despertaron por el sonido de la alarma puesta por Miguel.
Ambos se levantaron como pudieron haciendo flexiones, para calentar, mientras se hacía el tiempo para ir al dojo.
Luego de hacer flexiones salieron a trotar por ahí cerca dándole 3 vueltas a la manzana.
Entonces cuando ya estuvieron preparados, se dirigieron al dojo, donde el Sensei, paso todo el día poniéndolos a entregar combate de reflejos contra una máquina de pelotas de béisbol, además de como salir de una situación de ahorcamiento, tan respetadas veces que al final lograron derribar al Sensei.
Pero recibieron a cambio un golpe de la máquina de pelotas de béisbol, junto a un moreton, además de lo sudados y exhaustos que estaban.
-Eso no fue justo, Sensei. - se quejó Nora, mientras Miguel se quejaba por el golpe en su oreja.
-¿Quieren una pelea justa? Sigan soñando, no esperen que sus enemigos peleen bajo las reglas. - informó en Sensei.
-Pero... Mi oído. - se quejó entre quejidos de solo mientras tocaba su oreja derecha y Nora hacia lo mismo con su propio hombro.
-¿Y si esa pelota hubiera sido el amigo de tu enemigo atacando desde atrás? Deben estar preparados para todo. - informó nuevamente, mientras Miguel se quejaba, pero Nora no, ella solo se sobaba el hombro.
-Bien, déjenme ver. - indicó el Sensei mientras Miguel apartaba la mano de su oreja y Nora de su hombro, pero el que aún se quejaba era el pelinegro.
-No, esta bien, esta bien. No seas un bebé, mira a Nora ella es mujer y no se esta quejando como tú. - dijo el rubio.
En eso entraron unas mujeres con carteles, y colchonetas, vestidas de ropa de deporte. Dándoles un aire a que harían yoga.
-Lo siento chicos, subalquile el dojo, hasta que tengamos más estudiantes.- informó el Sensei.
(...)
-Miguel, no creo que hoy pueda ir al Dojo, necesito hacer algo antes. Perdón. ¿Podrias excusarme con el Sensei? - dijo Nora rápidamente
-Claro, pero ¿a dónde irás? - preguntó Miguel.
-Iré a visitar a una amiga- confesó con una sonrisa.
-Me alegra que tengas amigas. ¿Y quién es? - pregunto el pelinegro viendo como se alejaba la castaña.
-Es Samantha LaRusso. - respondió rápidamente mientras salia por la puerta, acompañado de una carcajada por parte de la castaña.
Ya que sabía que Miguel tenía un interés aunque sea un poco por Sam, aunque no lo admitiera seguido, Nora lo sabía.
