xiii. i'm in charge here

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13. estoy a cargo aquí.

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Dentro de la mente de Adelaide, dos fuerzas colosales se enfrentaban en una batalla sin tregua. La pelinegra se encontraba en una lucha interna desgarradora, tratando desesperadamente de mantener a Accalia bajo control, mientras la entidad antigua y destructiva buscaba dominar su cuerpo por completo.

La lucha era feroz, y cada vez que Adelaide pensaba que podía ganar terreno, sentía cómo su energía se desvanecía lentamente. Accalia no solo era poderosa, sino que parecía estar diseñada para desgastar a su oponente. La batalla dentro de su mente no era solo física, sino también emocional, y cada momento de debilidad le costaba caro.

La entidad antigua, con su presencia dominante, se manifestó claramente en el paisaje mental de la híbrida. Con una sonrisa cruel en su rostro, la figura de Accalia se materializó en el centro de un oscuro vacío, donde la neblina negra giraba en espirales alrededor de ella. 

—¿Realmente esperabas que esto fuera fácil? —la voz de Accalia resonó con un tono de desdén, su presencia era una mezcla de poder y amenaza. La figura se aproximó lentamente, moviendo un cuchillo imaginario que parecía cortar el aire entre ellas—. Debo recordarte que este es mi mundo. Yo mando aquí y tengo una ventaja considerable.

Adelaide, a pesar de estar debilitada y con las fuerzas agotadas, no cedió. La mirada en sus ojos reflejaba una determinación inquebrantable mientras se levantaba del suelo en la representación mental. La sangre en sus labios era un símbolo visible de la batalla que libraba.

—Sí, puede que este sea tu mundo —respondió con firmeza, limpiando la sangre de sus labios con un gesto decidido—. Pero el cuerpo que deseas poseer es el mío. No voy a permitir que ganes. Lucharé con cada fibra de mi ser para impedir que lo logres.

La respuesta de Adelaide, aunque llena de dolor y esfuerzo, transmitía un sentimiento profundo de resistencia. Su voz, aunque fatigada, tenía una resonancia de coraje que no se podía ignorar.

Accalia, al escuchar esto, arqueó una ceja en un gesto de sorpresa mezclada con admiración. La figura continuó avanzando, cada paso resonando con una intensidad creciente en el vacío que las rodeaba. Su sonrisa se ensanchó, mostrando una mezcla de respeto y frustración.

—Entonces, lo que estamos viviendo ahora no es solo una batalla de fuerzas —dijo, mientras sus ojos brillaban con una intensidad que reflejaba tanto su respeto como su determinación—. Es una prueba de tu fortaleza interior. Y créeme, estoy ansiosa por ver hasta dónde estás dispuesta a llegar.

burning love - klaus mikaelson │²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora