20. el vestido de boda.
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Adelaide se quedó mirando su reflejo en el espejo con una mezcla de frustración y desilusión. Había pasado ya un tiempo desde que había visto aquel vestido en la vidriera y se había enamorado de él. En aquel momento, con el impulso de la emoción, lo había comprado, sin prever las consecuencias de una decisión apresurada. Ahora, el vestido le quedaba ajustado y el color, que antes le parecía encantador, ya no le agradaba en absoluto. Las decisiones impulsivas nunca parecían ser su fuerte.
—Oh, te estás probando el vestido nuevamente. ¿Cómo te sientes? —preguntó Agnes al entrar en la habitación, su tono lleno de curiosidad y simpatía.
Adelaide se giró hacia ella, el ceño fruncido y un puchero en los labios.
—Frustrada y estresada —respondió, su voz temblando con una mezcla de molestia y desesperación—. Me aprieta el maldito cuerpo y el color ya no me gusta.
La pelirroja se acercó y tomó asiento a su lado, soltando un suspiro.
—Te lo advertí, te dije que te arrepentirías a largo plazo. Pero claro, Agnes la loca nunca tiene la razón —dijo con un toque de sarcasmo y molestia.
Adelaide le lanzó una mirada de súplica, juntando las manos en un gesto de desesperación.
—El casamiento está a la vuelta de la esquina y mi vestido ya no es mi vestido. ¡Ayúdame por favor! —dijo con una sonrisa forzada y su mejor cara de cachorro—. Antes de que me suicide, si eso es posible.
—Tranquila, no será necesario —respondió Agnes con una sonrisa tranquilizadora, tomando las manos de Adelaide y acariciándolas suavemente. De repente, un jadeo escapó de sus labios mientras recibía una visión. Su rostro se iluminó con una sonrisa—. Bueno... parece que hay una razón por la que el vestido te aprieta, y está aquí —dijo, señalando el vientre de Adelaide.
La mirada de Adelaide se tornó confusa.
—¿A qué te refieres? Estoy siendo estricta con los ejercicios y me siento en forma. Además, no suelo excederme con la comida, así que no debería—
—Estás embarazada, Ada —interrumpió Agnes, su voz cargada de comprensión—. De nuevo. Apenas unos pocos meses. Es por eso que no lo habías notado. Tu cuerpo está empezando a cambiar.
Adelaide mordió su labio inferior, su mirada fija en el suelo mientras las palabras de Agnes se asentaban en su mente. Las dudas eran abrumadoras: ¿cómo podría manejar otro embarazo? ¿Qué significaría esto para su vida, para su familia?
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burning love - klaus mikaelson │²
FanficAdelaide había hecho un gran sacrificio al saltar por la brecha, dejando a su hija y a Klaus solos. Pero a ella solo le importaba saber que Hope estaría a salvo. El infierno, un mundo nuevo y no descubierto, quien lo gobierna es alguien despiadado...