Capitulo 1

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Pensar que minutos antes, todos ellos reían alegremente, (T/N), Tadashi y los demás orgullosos de Hiro y su proyecto. 

Pero ahora, las intensas llamas del fuego destruyeron todo aquello en segundos. Como un soplido. 

"Alguien tiene que ayudar" dijo el, y no dudo en correr hacia las furiosas llamas. 

A pesar de que intentaron detenerlo, no fue suficiente. Cuando (T/N) ya corría para interponerse entre Tadashi y el infierno..

Fue tarde.

La explosión la lanzo de las escaleras, rodó y cayo de frente sobre el frío suelo. Gimió de dolor, pero al instante se levanto. El fuego había aumentado y su corazón se detuvo en un golpe seco. 

—Tadashi..—apenas fue un murmuro, las lágrimas calientes bajaron por su rostro al mismo tiempo que oía a Hiro llamar a su hermano mayor. Con la misma desesperación que ella. —¡Tadashi! —se lanzo hacia adelante, dispuesta a buscarlo de nuevo. Pero alguien la detuvo, tomándola  por los brazos y por mas que ella grito y se sacudió, no fue suficiente. 

La Tía de Hiro, Cass, la atrapo a tiempo, acunándola sobre sus brazos. Sollozo y se maldijo a si misma, se odio profundamente. 

Enterrando su rostro en el hombro de la tía Cass, cayó inconsciente. 

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A la mañana siguiente, el día era gris, nublado y lúgubre. Los ojos (c/d/o) de (T/N) no brillaban, al igual que los de Hiro. La mayoría estaban deprimidos, pero todos se preocupaban por el pequeño azabache y la joven adolescente de 19 años de (T/N). La chica se presento al funeral, o al menos, lo que debería ser. Ya que no encontraron los restos de Tadashi. 

Fingió leves sonrisas y trago sus lágrimas, busco a Hiro pero este se encontraba encerrado en su habitación, negándose a hablar con alguien. 

Honey Lemon paso uno de sus largos brazos sobre sus hombros, dándole un cálido abrazo. —(T/N), estamos aquí contigo. 

Los demás asintieron, sonriéndole a la chica. A lo cual, ella simplemente esbozo una sonrisa fantasma. Se marcho antes de lo previsto, tía Cass entendió y dejo que ella marchara hacia su hogar.

O eso pensaron todos.

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Una leve llovizna cayó sobre su cuerpo, y corrió hacia su laboratorio con las llaves en mano. Apenas apoyo un pie, un suave aroma inundo sus fosas nasales. Aroma que conocía a la perfección y soltando un suspiro lastimero, cerro la puerta. 

Las luces se encendieron automáticamente, había herramientas y piezas por todos lados. Un sillón sobre la pared derecha y un escritorio parecido al de los demás enfrente de las ventanas. Allí arriba, estaba su computadora junto con otras cosas. En el instante que se sentó en su silla, unos pasos mecánicos resonaron detrás de ella.

—¿Por que estas deprimida? —pregunto la voz, gruesa y curiosa. Al girarse, logró ver a su mayor invento. Hachiko. Su perro robótica de compañía. 

—Sucedió algo horrible. —el can mecánico ladeo la cabeza, (T/N) lo programo para que sea igual —respecto a las acciones y eso— a un perro común. Y le agrego ciertas cosas, por ejemplo, el poder comunicarse con su amo. El poder oler su estado de animo, entre muchas cosas mas. Dando pasos hacia ella, apoyo su enorme cabeza sobre la pierna de su creadora. Y dio un suave lametazo a su antebrazo. —Gracias, Hachi. 

Voy a tratar de imaginarme sin ti, pero no puedo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora