Capítulo 30

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El ruido era un distractor constante e irritante, me ponía nervioso y ansioso, la voz de la mujer llamando ante el cierre, la abertura de vuelos, de personas demoradas y dando ultimas llamadas para arribar al vuelo correspondiente de las personas. Oía gritos y quejas de niños, muchas personas hablando por teléfono despidiéndose de sus familias o amigos, la sala de abordaje como siempre concurrida, con llegadas e idas.

Entre mis manos tenia mi teléfono, jugaba con el girándolo entre mis manos, desesperado. Humedecía mis labios con el suave paso de mi lengua entre ellos, mire las pequeñas tiendas de convencía de ultimo momento y a lo lejos un pequeño bar antes del abordaje, me puse de pie, abroche los botones de mi traje, tome mi portafolio que llevaba conmigo y me dirigí a este. Desabroche mi saco, deje mi portafolio y me senté cercano a la barra, el barista no tardo en poner un portavasos de papel.

— ¿Qué le ofrezco esta señor?

— Vodka, por favor. De preferencia Devil's Spring — el barista se me quedo viendo fijo por unos minutos.

— Lo mezclare en un mojito para...

— Lo quiero solo

— Disculpe, pero ese vodka es muy fuerte por si solo...

— No se preocupe, se manejar bien el alcohol — dije y él se limito a asentir dejo un vaso en el portador y antes de que comenzara a llenarlo me extendió una pequeña hoja donde decía que lo consumía bajo conocimiento y raciocinio y que todo quedaba bajo responsabilidad mía.

— Necesito que lo firme, por favor y solo se permite servir dos veces. No más. — asentí y firme aquel documento que tan pronto lo hice sirvió el primer trago y yo lo bebí ganándome una expresión sorpresiva de su parte al beberlo en un solo trago y sin hacer alguna mueca ante la intensidad del alcohol — ¿desea que le sirva nuevamente o algo diferente?

Mire el pequeño baso por unos segundos para después dejarlo en el portavasos — Whisky escoses, por favor. Gracias — asintió y cambio el vaso por otro, saco una botella del que había solicitado y lo sirvió, dio media vuelta para atender a otros clientes, lo tome y di un pequeño sorbo.

Odiaba la idea de irme, más ahora que había logrado acercarme más a Richard, di otro pequeño trago mientras que le sabor amargo inundaba y calaba en mi paladar, por unos segundo recordé nuestra primera interacción. Encendí mi teléfono le desbloquee y entre a la galería de fotos pulsando un una de ellas, la más reciente haciéndome sonreír ligeramente: era una foto que había tomado en un momento fugaz antes de que Richard despertara. Solté un pequeño suspiro al escuchar como se anunciaba mi vuelo, no quería irme. Pedí la cuenta y deje el dinero y camine hacia donde estaba el chequeo de abordaje, mire por un momento hacia atrás sintiendo como todo mi ser me pedía no subir a ese avión.

Apreté con fuerza el portafolio y estaba a punto de caminar en dirección contraria al abordaje, para salir de ahí cuando mi teléfono timbro y vi el nombre de Helena.

*— Señor Wilson...

— ¿Qué sucede Helena? — se escucho un silencio al otro lado de la línea, era extraño e inusual pues siempre contestaba de inmediato y hablaba sin vacile a lo que me comunicaba — ¿Helena, sucedió algo?

*— Quería preguntarle, algo un tanto personal... — era inusual que lo hiciera, llevaba años trabajando para mi, desde las pasantías en la universidad.

— Dime

*— No tiene una fecha exacta de regreso y tenía la inquietud... ¿desea que le lleve flores y este al cuidado del lugar del joven Jasón? — sonreí ligeramente.

— Por favor, si no es molestia. También, si no regreso dentro de un año y George lleva el arreglo, recíbelo — recibí una pequeña afirmación la azafata en la puerta de acceso al avión me hizo una seña de que tenía que abordar y asentí — también... necesito que me mantengas al tanto de Richard.

Entre Trabajo, Amor y PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora