Capítulo 39

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Sentí un escalofrío recorrerme al escuchar su voz, mi cuerpo pareció congelarse por un segundo y el miedo se expendio por todo mi ser haciéndome temblar ligeramente. 

— Richard— lentamente gire mi cabeza hacia él — ¿Qué es lo que estas... haciendo? — me miro de una manera diferente al terminar la pregunta y yo sabía por que, por que había encontrado su sucio secreto, había encontrado la verdad. 

Estaba en la única entrada y salida y estaba a la altura perfecta como para que pudiera ver lo que estaba detrás de mi, su expresión era fría y en sus ojos había un destello de furia, siempre había sentido su compañía un poco agradable pero la sensación de incertidumbre estaba presente y ese mal presentimiento que siempre sentía a su lado ahora tenían una razón. Tenía miedo, no iba a negarlo nunca lo había visto mirarme de esa forma, las manos a sus costados estaban formadas en puños y su cuerpo se veía rígido e imponente desdé donde me encontraba. 

— No debiste haber visto eso Richard — escuchar mi nombre por su voz había perdido todo sentimiento, sus palabras habían sido dichas sin mostrar emoción alguna. No conocía ese lado de Bruce, nunca lo había visto de esa manera, no sabía que podría hacer, pero mis instintos me decían que tenia que salir de ahí lo más rápido posible. 

Antes de que pudiera ponerme de pie él dio un par de zancadas para llegar hasta mi tomando con una de sus manos mi cabello para jalarlo con fuerza hacía atrás, dolía demasiado, lleve mis manos hacía la de él para hacer que me soltara, lo rasguñaba, comenzó a arrastrarme hasta la salida del armario para arrojarme hacia a un lado de la cama de la habitación, mi espalda golpeo contra la base de ella, trate de incorporarme un poco más mi espalda y estomago dolían. Pude verle por reojo como caminaba hasta la puerta y ponía el seguro en ella, me levante un poco lográndolo apoyando uno de mis brazos en la cama. 

— D-déjame ir... B-Bruce y-yo no diré nada... p-pero déjame ir — debía irme de ahí, encontrar una forma de salir y hablar con Slade o con el Joker. 

— No puedo hacer eso Richard, no puedes irte — comenzó a acercarse a mi y yo retrocedía hasta que no pude hacerlo más, mi espalda estaba contra la pared, estaba frente a mi e intentaba alejarle, trato de tomarme de los hombros y comencé a alejar sus manos de mi, no quería que me tocara más. 

Me daba asco el solo pensar en todo lo que él me había hecho. 

— ¡No me toques! ¡No te acerques! — había tomado mi muñeca derecha para ponerme de pie y apresarme con uno de sus brazos me removía para lograr liberarme, cuando mire por encima de mi hombro como dirigía una jeringuilla hacía mi cuello, lo golpee con uno de mis codos en su estomago mientras pisaba con fuerza uno de sus pies. 

Logre soltarme y me dirigí a la puerta, pero antes de que pudiera llegar Bruce tomo mi brazo y me jalo hacia atrás, volví a golpearme contra la base de la cama pero esta vez no solo fue mi espalda sino que también fue mi cabeza y mi vista se nublo un poco haciendo que viera todo doble y confuso. 

— Mírate, Richard. No quería que llegáramos a esto, pero no me dejas otra opción. No te dejare ir, tú lugar es a mi lado — difícilmente pude distinguir como sacaba algo de su saco y lo arrojaba hacia mi y el sonido que llego a mi fue escuchar como muchas píldoras se esparcían a mi alrededor, podía ver los pequeños puntos blancos, no tuve que estirar mi mano para poder tomar una y la vi entre mis manos, a mi alrededor había muchas más, sentí mi labios abrirse un poco y con dificultad pase un poco de saliva, mi estomago, mi espalda, mi cabeza y todo mi cuerpo me dolían — Sabes lo que es, tómala, te ayudara, te quitara el dolor.

Quería hacerlo, llevarla a mi boca, hacerla entrar a mi sistema sabiendo que una no me sería suficiente, necesitaría al menos dos. 

— N-no... n-no... 

Entre Trabajo, Amor y PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora