Capítulo 26

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Los diminutos rayos de sol que entraban a la habitación iluminándola tenuemente en un color anaranjado sus ojos comenzaban a abrirse a pesar de desear no hacerlo, las pesadillas siempre aparecían en sus sueños  recordándole la muerte de Jasón una y otra vez, pero en esta ocasión no apareció en lo absoluto.

Su ojo comenzaba a abrirse de a poco dejándole una hermosa vista al igual que sentía una pequeña presión en su pecho, algo aferrarse a él y una tranquila respiración chocar y cosquillearle un poco. Su vista bajo a su pecho encontrándose con una cabellera azabache sus labios formaron una sonrisa al saber de quien se trataba, agacho un poco su cabeza logrando besar su cabeza y aspirar un poco su aroma, veía las marcas en su cuello que habían sido hechas por él. 

Comenzaba a sentir un ligero ardor en su espalda al recordar como se sostenía con fuerza y clavaba sus uñas en su espalda, su nombre dicho entre los gemidos que salían de su boca entre abierta con unos pequeños hilos de saliva. Su cuerpo estremeciéndose debajo del suyo, su interior envolviéndole y apretando pidiendo y rogando por más, mencionando lo bien que se sentía. 

La noche anterior había sido una de las mejores que pudo haber tenido jamás. 

Acariciaba sus cabellos con dulzura disfrutaba tenerle cerca y de esa forma su rostro se veía pacifico y calmado desearía despertar de esa forma todos los días en su compañía. 



Su cuerpo se sentía tranquilo y sin dolor aparente, sentía las caricias en su cabeza y disfrutaba cada una de ellas el ligero aroma que recibía le calmaba y le agradaba. Soltó un suspiro al sentirse de esa forma no sabía si estaba soñando o no pero se sentía fenomenal, su cuerpo no estaba adolorido se sentía ligero y el peso en sus hombros parecía haber desaparecido hundió un poco más su cabeza en el pecho abrazando un poco más las caricias y los mimos no terminaban y le hacían sentir como un pequeño nuevamente como cuando todo esta bien y la vida parecía sonreírle ampliamente. 

No quería que ese momento terminara se sentía pleno y calmado. Su cuerpo por primera vez en un tiempo no se sentía resentido ni adolorido por atender algún cliente. 

Sus ojos siempre fueron traicioneros y comenzaron a abrirse de a poco viendo de forma borrosa un amplio pecho muy bien trabajo y diferenciaba varias heridas y cicatrices pasa su mano por el delineando las viejas heridas su mente le devolvía los recuerdos y le ayudaba a ubicar en donde y con quien se encontraba y no pudo evitar luego de recordar todo sonrojarse.

— Veo que despertaste Richard — oculto un poco más su rostro en su pecho intentando ocultar su evidente rubor, los movimientos de su cabeza contra su pecho le sacaba una risilla al mayor levanto un poco su mirada encontrándose con la del contrario.

Estaba por decir un "lo lamento", pero ese simplemente no salía y no lo haría no lo sentía, lo había disfrutado por completo lo que sucedió anoche fue único y se sintió especial recordaba cada caricia y la forma en que lo hacia. No era capaz de decir una palabra se removió un poco más ahora dejando su cabeza apoyada en su hombro dejando su cabeza entre su cuello y rostro quedando cerca.

— Tienes muchas cicatrices — paso su mano por una de ellas que estaba en su abdomen — ¿Está como te la hiciste? — tenia curiosidad.

— Un robo en china a una familia tradicional, demasiado uno de los hombres que había ahí sabia manejar muy bien la espada y logro cortarme — pregunto que ¿Qué había sucedido? — termine con mi trabajo y acabe con él — no sintió miedo, ni horror solo un pequeño alivio de saber que salió bien de ahí.

— ¿Está? — paso uno de sus dedos por una herida de bala en el costado de su vientre.

— Ese me lo hizo Jason, no calculo bien el ángulo de la bala y el rebote y termino dándome a mi — ambos rieron un poco por ello, continuo preguntándole por otras cicatrices que veía llegando a sentarse en su regazo.

Entre Trabajo, Amor y PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora