Canciones del capítulo: Angels Like You (Miley Cyrus), My Boy (Billie Eilish)
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"Cariño, ángeles como tú no pueden volar conmigo al infierno"
- Angels Like You, Miley Cyrus
(...)
Miércoles, 11 de enero.
Louis se encontraba almorzando en la casa de su madre y acompañado de ellas y sus hermanas. Casi nunca existían momentos como este, pero hoy, el ojiazul fue a buscar el permiso para conducir ya que había pagado la multa y le devolverían el auto. Ahora, el auto ya estaba estacionado frente a la casa y decidió quedarse para hacerle de almorzar a las niñas, Jay se unió a ellos.
— ¿Hoy regresara Zayn? — pregunto Fizzy cuando terminaron de comer, estaban en silencio a excepción del sonido de la tele en un programa de dibujitos para Phoebe.
— En realidad, ya está aquí. ¿Quieres ir a visitarlo más tarde?
Fizzy iba a responder, pero su madre se adelantó. — ¿Por qué quieres llevarte a las niñas?
Louis bufo. — Quizás, por el hecho de que su madre no está nunca en la casa y tengo miedo de dejarlas solas.
— Las iba a llevar al parque hoy.
— ¿Decidiste pasar tiempo de caridad con tus hijas? — pregunto el mayor enarcando sus cejas.
— Si. — respondió, pero Louis sentía que algo raro se le había ocurrido a su madre.
Ella no solo se levantaba un día y decidía pasar tiempo con sus hijos, eso pasaba cuando Louis tenía cinco años y eran felices, no ahora con dos hijas, quien ni siquiera sabe quién es padre de la última. Es más, Fizzy y Phoebe tenían el apellido de Louis porque Johanna no sabía quiénes eran los padres de ellas, Mark no lo sabía, porque literalmente, desapareció de la vida de ambos, pero a Jay no le importo.
— Puedes pasar tiempo con ellas, — dijo Louis. — Pero una vez que vayas a rehabilitación y te recuperes, luego puedes fingir ser una madre perfecta. — escupió.
Fizzy noto que la conversación entre hijo y madre, otra vez se estaba dirigiendo a una discusión, entonces, decidió tomar a Phoebe en sus brazos y subir a la habitación para dejar a Louis y Jay solos.
El castaño en ningún momento alejo la mirada de su madre, en cambio, Johanna no levantaba la mirada del plato de comida ya vacío.
— ¿Dirás algo? — pregunto Louis más calmado.
Jay soltó el aire que estaba reteniendo para evitar llorar. Ella desde que discutió con su hijo estaba pensando, en su vida, en Mark, lo del auto, lo que hizo esas dos noches para pagar la multa entregando su cuerpo, los días después de ahogarse en pastillas y en los primeros maravillosos años de vida de Louis. Ella también extrañaba todo eso, pero se sentía tan perdida y rota por dentro que no sabía cómo regresar a esos tiempos, sentía que era imposible volver a ser ella misma y la mejor solución que encontraba siempre era la misma, drogarse y olvidarse de todo un rato.
