-Lamento lo de ayer. En serio.-él intentó sonreír tiernamente. Estas escenas no eran lo suyo, aunque su frase fue sincera.
-Liam, gracias.-fue todo lo que ella pudo murmurar para evitar sentimentalismos innecesarios. Con él se sentía protegida.
-Tranquila, no es nada. Además, se sintió como una persecución de película.-ante su comentario, Olivia rió. Empezó a beber su café, y él la miró, embobado.
-¿Pasa algo?-preguntó Olivia extrañada. La estaba mirando muy fijo, aunque con una media sonrisa en su rostro. Eso la enternecía.
-No, disculpa.-Liam aclaró su garganta e inmediatamente se levantó, quitando su mirada de la chica.-Katherine te ha traído ropa. Te dejaré para que te cambies. Si necesitas algo, ya sabes.Liam salió de la habitación y Olivia al fin se desplomó. Empezó a llorar, desconsolada. Le era imposible demostrar esa faceta sensible ante el resto. Se sentía débil al hacerlo.
Un rato después, un poco más calmada, se cambió la ropa y salió de la habitación. Liam junto a Katherine, esperaban en la cocina, a la cual Olivia se dirigió al bajar las escaleras.-Liv, estaré durante unos días con Matt. Ya sabes lo de su madre, y no quiero dejarlo solo. Lo más pronto posible estaré...
-Kat, estoy bien. En verdad Matt te necesita más que yo ahora.-ambas se abrazaron y Katherine se fue.-¿Que quieres hacer ahora? Ya que Katherine no estará, no sé si tienes ganas de volver a tu piso...-Liam se rascó la nuca, pensativo.
-Volveré a mi piso. Al fin y al cabo tengo todo allí, y debo volver a ponerme al día.-ella encendió un cigarrillo y sin ninguna expresión, se dirigió a la salida.
-Quédate aquí. Si quieres, claro.-se apoyó en el marco de la puerta, cerca de la chica.
-Si esta orden te la ha puesto mi padre, preferiría que te quedes al margen. Gracias por el consejo.
-Tu padre no me ha puesto ninguna orden, Olivia. Solo cumplo con mi palabra. Te cuidaré todo lo que me sea posible. Y allí fuera me es imposible hacerlo.
-Ya hablas como él. Necesitaré un whiskey para descomprimir.-rodea los ojos y se dirige a la barra, a buscar la bebida.
-Son las 9 de la mañana.-él frunce el ceño.
-Lo sé.-se sienta en el sofá con el vaso y el cigarro, intercalando sorbo y calada.
-Entiendo que lo de ayer haya sido traumático, pero no lo compliques más.-suspirando, le sacó el vaso y tiró el líquido.
-¿Y que coño quieres que haga?-responde, seca. Ese mecanismo de defensa lo utilizaba constantemente con tal de aparentar que no le afecta lo que sucede a su alrededor.
-Dejar de ser tan dura contigo misma, joder.-la mira a los ojos, buscando expresión en ella.
-Tú no tienes ni idea.-ríe, negando con la cabeza.
-Basta, Olivia. Te he escuchado llorar desde el otro lado de la puerta. Y no te imaginas lo que me ha costado no salir corriendo a abrazarte. Quiero que te sientas segura. Ayer, tenerte entre mis brazos luego de lo sucedido, me tranquilizó más de lo que pensaba.-sus ojos se cristalizaron y subió su tono de voz.
-No me va mucho este rollo, ¿sabes?-ella se levantó y le dio la espalda mientras seguía caminando, pretendiendo que él no vea su rostro enrojecido y sus lágrimas cayendo.
Liam cogió su muñeca y le dio la vuelta. Ella de un momento a otro, se pegó al cuerpo del chico, abrazándolo. Él acompañó el movimiento, rodeándola con sus brazos y acariciando su pelo, tranquilizándola.-Disculpa.-ella se alejó, secó sus lágrimas y respiró profundo.
-Sé que seguramente tenías otra imagen de mí, pero no soy un monstruo sin sentimientos, Olivia. Y cada vez que necesites un abrazo, aquí estaré. Recuérdalo.-él secó una lágrima de su mejilla y le sonrió.
-¿Por qué haces todo esto?
-¿A qué te refieres?-confuso, la mira buscando descifrar su pregunta.
-A todo. Desde traerme aquí anoche, querer que me quede, abrazarme, todo este sentimentalismo.-ambos ríen.
-Te seré sincero.-hizo una pausa.-No lo sé. Simplemente lo que me sale hacer contigo es cuidarte, Olivia. Pensar que pueda ocurrirte algo otra vez, me hace daño, y no me lo perdonaría. Sé que es una locura, pero mi impulsividad me exige esto.
-Liam, quiero que entiendas que yo en este momento de mi vida no estoy para amoríos ni relaciones estables.-suspira ella.
-Parece que con Sam eso no lo veías así cuando lo conociste.-tensó su mandíbula. Eso siempre era gesto de enfado en él.
-La situación era distinta.-Olivia tragó saliva difícilmente. La conversación no tenía forma de terminar bien.
-Él era distinto. Y tienes razón, Olivia. Él era el chico bueno, el cariñoso, el que tenía buenas acciones con todos, el de la vida y el carácter perfecto.-la miró fijo. Su ceño fruncido y su voz seca, pusieron algo nerviosa a Olivia. Era intimidante.
-Yo no he dicho eso, Liam. Deja de sacar conclusiones aleatorias.-se cruzó de brazos y se alejó de él.
-Recuerda que no eres dueña solo de lo que dices, sino también de lo que insinúas.
-¿Y que coño es lo que te jode tanto?-preguntó ella, encendiéndose otro cigarrillo.
-Que no soy él. Que no soy el tipo de tío al que te gustaría presentarle a tus amigos y a tus padres. Que esta vez ha sido Samuel, pero luego será otro, y luego otro exactamente igual. Nunca seré la estabilidad que necesitas, Olivia. Y eso me hace sentir un gilipollas.Impulsivamente, se lanzó a besarlo. Tiró el cigarrillo al suelo. Él siguió el beso. Sin una sola palabra de por medio, unieron sus cuerpos, transformándolos en uno solo. Empezaron a quitarse la ropa mutuamente, y la conexión que ambos sentían con cada beso, con cada caricia, era algo eléctrico y adictivo. Querían que el tiempo se parase en esos minutos.
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Éxtasis
Romance"Un amor tóxico, que nos consuma y a la vez seamos gasolina y cerillas eternas". Esto plasma Olivia Leithold, una estudiante de Literatura Clásica y escritora de una novela, aún sin concluir. que decide dejar New York para continuar su carrera en Lo...