VEINTIUNO - FAMILIA PRINCE CHARMED

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CAPÍTULO VEINTIUNO

FAMILIA PRINCE CHARMED.


María no tenía paz
Él detenía su dolor
Y se solían preguntar
Si eso podía ser amor

MARÍA -ATTAQUE 77.


–¿Quiénes son ustedes? –Una señora de aspecto elegante, enfundada en un traje de dos piezas seguramente costoso, apareció taconeando en la gran sala. Su cabello caía en perfectas ondas, como si hubiese salido de una sesión de peluquería hacía instantes. Su mirada y su nariz fruncida, derrochaban asco y soberbia en partes iguales. Sus ojos lucían calculadores y fríos.

Si nos fiábamos de las primeras apariencias, esa mujer no me gustaba nada.

Los tres nos quedamos en silencio, sin saber qué decir. Charlie fue la que habló.

–Buenas tardes señora...

–Amelia Schafer, soy la señora Schafer. –Claro, ¿cómo no lo pensé antes?

–Señora Schafer, somos amigos de Alexina. Yo soy Charlie, él es Luke –señaló al rubio –y ella es Louisana. Venimos a buscarla para la presentación de esta noche. -Se acercó hasta la mujer y extendió su mano derrochando todo el carisma que sólo ella puede tener. La señora Schafer miró su mano pero ni siquiera hizo ademán de agarrarla. Luego de unos segundos, Charlie desistió.

–No sabía que tener dinero te hacía perder los modales. –Murmuré bajito para que solo Luke escuchara. No conté con la risita que salió de los labios de la señora regordeta.

–¿Disculpa?

La señora Schafer me regaló una mirada gélida, de esas capaces de congelar hasta el mismísimo infierno. Pero no tuve tiempo a responder cuando Charlie volvió a hablar.

–Dijo que se nos estaba haciendo tarde. ¿Podremos pasar a ver a Alexina?

–¿Ustedes son sus amiguitos de la banda? –Me fue inevitable no pasar por alto el tono desdeñoso con lo que lo dijo. Pasó su mirada por todos nosotros y de estúpida nomás, pensé que quizá sí había sido demasiado el atuendo que Charlie eligió para mí esa noche. Si su intención era hacernos sentir menos, lo estaba logrando. –Ya entiendo.

Mamá siempre había dicho que si no tenía algo bueno para decir, mejor quedarme callada. Pero también me había enseñado que jamás deje que me hagan sentirme menos de lo que yo valía y esa mujer, en ese momento, me estaba haciendo sentir miserable.

–¿Qué es lo que entiende exactamente, señora Schafer? –Pregunté con mi mejor sonrisa.

–Prince... –Advirtió Luke en un susurro. –No te pases.

La esposa del papá de Ares me miró con los ojos repletos de malicia.

–Que ya entiendo la nueva actitud rebelde de Alexina. ¿Qué se puede esperar, más que problemas, de un grupo tan... peculiar como lo son ustedes?

Y de nuevo el tono desdeñoso y soberbio.

–¿Disculpe? –Esta vez no fui yo sino que fue Luke el que respondió.

Cuando la situación prometía convertirse en una batalla campal, una voz nos interrumpió.

–Mamá, ¿me das plata para... –Se cortó de repente. Detrás de Amelia, apareció una chica más o menos de nuestra edad que era un calco de ella. De la madre ya tenía un sinfín de adjetivos descalificativos para enumerar pero debía admitir que a su edad y todo, se mantenía muy bien. Si no tuviese esa cara de asco grabada, hasta podría decirse que era bonita. La que supuse que era su hija, también era guapa. Muy guapa. Piernas largas y delgadas, las curvas que tenía hablaban de una adolescencia prematura. Pero su cara... lamentablemente su cara era un calco de la de su madre: la nariz fruncida en una eterna mueca de asco y los ojos con un brillo malicioso. –¿Quiénes son ellos?

CONSTANTE [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora