OCHO - ALEXINA

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CAPÍTULO OCHO.

ALEXINA.

When you try your best but you don't succeed
When you get what you want but not what you need
When you feel so tired but you can't sleep
Stuck in reverse

FIX YOU - COLDPLAY

La chica porrista con la que Ares estuvo intentando ligar las semanas pasadas, lucía orgullosa la campera. Pero él, por algún motivo, lucía enojado. Se paseó toda la semana por los pasillos con el ceño fruncido y lo vi en más de una ocasión cerrar su casillero con más fuerza de la necesaria.

–¿Sabes qué le puede estar pasando?

Miré a Charlie con desconcierto. ¿Por qué sabría justamente yo?

–¿Por qué lo sabría yo?

Ella se encogió de hombros sin perder su sonrisa. La sonrisa de Charlie, esa que cautivaba a cualquier mortal, estuvo intacta durante toda la semana.

Nos dejamos caer en el pasto, una al lado de la otra.

–No es tan linda.

–¿De quién rayos hablas, Charlie?

Volteé el rostro para verla poniéndome una mano como visera.

–Esa chica, la porrista. No es tan linda.

Cerré los ojos y volví mi rostro al sol.

–¿En qué momento pensaste que me importaría?

–Solo estoy diciendo.

–¿Iras de William hoy a hacer el trabajo?

–¿El trabajo? –Hizo una pausa–ya lo terminamos.

Giré tan rápido la cabeza que mi cuello dolió.

–¿Qué?

Ella estaba con los ojos cerrados y aún sonriendo.

–¿Y por qué sigues yendo?

–Aún no tengo una respuesta a esa pregunta. Pregúntamelo mañana de nuevo.

¿Me estaba perdiendo de algo? ¿Se estaba acostando con él? Imposible. Me lo hubiese contado. Charlie era una persona sumamente sexual. Si no había sexo, o algo que tenía que ver con el sexo, no había necesidad de perder el tiempo. Por eso Charlie solo tenía dos amigos: Luke y yo.

No pude aguantarme y pregunté.

–¿Se acostaron?

Ella rió con esa risa melodiosa que tanto disfrutaba escuchar.

–Claro que no, Prince.

No fue escandalosa al decirlo. No se horrorizó por mi pregunta. Ninguna de las reacciones que esperaba.

–¿Entonces? ¿Hay alguna explicación por la cual sigues yendo a su casa aunque no tengan ningún trabajo para hacer?

Me coloqué de costado para verla en las alturas.

–¿Y si me lo preguntas mañana eso también?


–Horribles. Todas horribles.

Cook se sentó cual largo era en un asiento. Hizo un movimiento de cabeza para correr los mechones de pelo que caían por su frente y volvió a girar el palito de la batería entre sus dedos, impaciente.

Habíamos aceptado, finalmente, abrir una convocatoria para incorporar una corista. Dos horas y cinco candidatas después, estábamos los cuatro sentados.

CONSTANTE [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora