Capítulo 2: Lo que viene por lo que se va.

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-¿Layla?

La voz de Paula hizo que pusiese los pies en la tierra de nuevo.

-Perdona, ¿qué decías?- respondí mientras volvía a tomar el tenedor y juguetear con los guisantes que habían sobrado en el plato.

-¿Estás bien? Haces eso mucho últimamente

- ¿Qué hago el qué?

- Irte.- dijo moviendo la mano en círculos frente a sus ojos.- ¿en qué estabas pensando?

- En nada, estaba en blanco.

-Vale pues te decía que ese colgante no me suena para nada, estoy segura al 99% de que no lo llevabas en la fiesta, pero no quiero meterte mierda en la cabeza...ha pasado un año y es probable que mi cerebro haya borrado detalles.

- A Simon tampoco le suena.

- No lo sé, Lay... no quiero hacerte ilusiones y luego decepcionarte, bastante has pasado ya pero ¿sabes qué? Puedo mirar las fotos del cumpleaños de Simon, creo que no sales en ninguna pero quizá alguien te captase de fondo.

- ¿Cómo no se te ha ocurrido antes?- pregunté esperanzada con la idea de que ver las fotos del cumpleaños me ayudarían a desenmarañar el lío que tenía en la mente.

- No pienso bien con el estómago vacío.- respondió cogiendo el vaso de coca cola y dándole un sorbo.- si esta noche me quedo libre me pongo a ello.

- ¿Por qué no ibas a quedarte libre? Es martes.

- Alex libra esta noche.

Alex era el novio de Paula. Se conocieron poco después de mi desaparición en Pepe's, una cafetería en la que trabajó Paula el verano pasado y en la que actualmente trabaja Alex. Él le había ayudado a sobrellevar mi desaparición y eso hacía que me sintiese agradecida porque ella le tuviese en su vida.

- Así que esta noche no duermes...

- Bueno, no lo sé, pero si mañana no te respondo a los mensajes no me esperes para ir a clase, ¿vale? – sonreí.

- Hablando de no dormir, he vuelto a tener ese sueño hoy y no dejo de darle vueltas.

- Así que es eso.-volvió a dar un sorbo de su bebida.- has vuelto a soñar con el Dr. Cullen, ¿has estado viendo Crepúsculo recientemente?

- Sabes que no, pero no me quito esos ojos de la cabeza.

- No sé, igual es un antepasado tuyo que vuelve para intentar decirte algo. Una vez leí que en la Edad Media existía gente con ese color de ojos pero por lo visto los quemaron por brujas o algo así.- un hormigueo me recorrió la columna y sentí como si me soltasen un ancla en el estómago.

El timbre del comedor sonó y Paula y yo nos miramos.

-Creo que voy a saltarme esta clase, no tengo ganas de entrar.- dije.

-Yo tampoco pero falté la semana pasada y solo puedo faltar dos veces más si no quiero perder el derecho a evaluación.- respondió levantándose del asiento y colocándose el bolso en el hombro.- te escribo luego.

- Pásalo bien.

Hizo un gesto en el que simulaba pegarse un tiro antes de irse.

La cafetería estaba prácticamente desierta a excepción de los camareros y una mesa junto a la ventana. Decidí revisar los mensajes y aproveché para escribirle a Simon.

L: Estoy libre, ¿me paso a verte?

S: No puedo, tengo clase hasta las 8...

L: Va, suerte.

𝒮i pudiera volverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora