Capítulo 9: Claros y oscuros.

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- Llevo un buen rato esperándote.- Bella se encontraba sentada a los pies de mi cama y por su expresión pude deducir que no estaba de muy buen humor.

- Bella, ¿qué haces aquí?- pregunté a la vez que trataba de adoptar una postura más relajada.

- Fui a casa y no estabas, tampoco contestabas al móvil, me has preocupado.- me increpó. Saqué el móvil del bolsillo y comprobé que, tal y como decía, tenía varias llamadas perdidas suyas.

Una parte de mi se relajó pero la bala a escasos milímetros de mi frente y todo lo sucedido hacía apenas una hora me recordó que no podía bajar la guardia.

- He estado esperándote pero ha habido un fallo eléctrico y me han pedido me vaya. Estaba todo el barrio sin luz, no funcionaban ni los semáforos, he tenido que coger un desvío ¿no te lo han dicho?

Pude notar como Bella analizaba mi expresión.

- Pues no, ya estaba arreglado cuando he llegado.- su rostro se suavizó e hizo el amago de esbozar una sonrisa.- trabajan bien.- sonreí.

- ¿Quieres que hablemos de lo de Simon?

- No.- respondió a la vez que miraba el reloj.- es tarde. Creo que voy a pasar por su casa antes de volver a la mía, quizá podamos arreglar algo.

- De acuerdo, escríbeme cuando llegues.


Acompañé a Bella hasta la puerta y me despedí de ella. Una vez se hubo marchado, mi madre salió del salón.

- ¿Qué hacía aquí?- preguntó. Por su mirada pude ver que pensaba que Bella estaba pirada, y no se equivocaba.

Me senté en el salón junto con mis padres y estuve contándoles lo que había ocurrido aunque obviando la parte de las pistolas y la persecución y Scott.

- No me gusta esa niña.- sentenció mi padre.- No sé que le habrá visto Simon pero espero que abra los ojos pronto.

No quise comentar nada al respecto.

- Por cierto, ha llamado el psiquiatra.- comentó mi madre.- el doctor que te trataba está de baja y te han dado cita para mañana con el nuevo médico. 

- ¿Tengo que contarle mi vida otra vez a alguien?- me daba pereza solo de pensarlo.

- Pues no lo sé, hija, no soy psiquiatra pero no creo, ya tienen mucha información sobre ti, querrá conocerte. 

Hice una mueca mostrando mi desaprobación.

- Me voy a dormir.- anuncié y, tras despedirme, me preparé para acostarme. 

No pude conciliar el sueño esa noche. Que hubiesen intentado matarme era suficiente motivo para no hacerlo sin embargo, y aunque fue motivo de peso, eso no fue lo que me mantuvo despierta.

El beso que había compartido con Scott se reproducía en mi cabeza una y otra vez y, cada vez que lo hacía, un cosquilleo electrizante recorría mi cuerpo de cabeza a pies. Era extraño, pensé, habían intentado matarme y lo único en lo que podía pensar era en que un tío al que apenas conocía y que decía conocerme me había besado ¿Sería este mi punto de inflexión hacia la locura?

La noche pasó y yo no dejaba de darle vueltas a todo lo sucedido. Cuando dieron las cuatro de la mañana, el sonido de mi móvil me alertó. Eché un vistazo para ver quién era y comprobé que era Bella que decía que Simon y ella lo habían arreglado y que ya estaba en casa.

Dejé el móvil de nuevo en la mesita, cerré los ojos y traté de descansar.

A la mañana siguiente, me duché, desayuné, me vestí y le escribí a Paula para avisar de que iría tarde a clase porque tenía médico.

𝒮i pudiera volverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora