Capítulo 7: Líneas borrosas.

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Nunca había sido la chica que iba detrás de los hombres, tampoco es que ellos fuesen detrás de mi pero, cuando eso había sucedido, no había puesto demasiado interés por mi parte. Siempre he creído, o los libros me habían hecho creer, que si alguien tenía interés de verdad en ti por muy difícil que se lo pusieras no desistiría, dentro de un límite razonable, por supuesto. Pero esa pequeña dificultad era lo que me mostraba la diferencia entre aquellos que solo querían pasarlo bien un rato y los que querían algo más. Nunca supe lo frustrante que era perseguir algo que no lograbas alcanzar hasta ahora. 

''Sabes mi nombre solo que no te acuerdas...''

Mi primera emoción al oír sus palabras fue miedo. ¿Tendría ese muchacho que tenía delante algo que ver con mi desaparición? ¿Le conocí en aquel entonces? ¿Era el cajero del supermercado al que iba a hacer la compra en este último año? ¿Y si no era casualidad que estuviese aquí?  La maquinaria de mi cerebro comenzó a funcionar al 100%, algo que no ocurría con mucha frecuencia, pero esta vez podía sentirlo peinando cada rincón de mi memoria en busca de una pequeña pista que me pudiese indicar quién era esta persona. Fue inútil. Intentar recabar en mi memoria era como buscar un pendiente en un lago profundo en mitad de la noche. Solo había oscuridad y nada que pudiese iluminarme. Aún así mi búsqueda no fue del todo en vano pues el miedo que sentí en un principio desapareció al intentar recabar en mis recuerdos, algo me decía que no debía tener miedo de él. Quizá mi intuición me estuviese jugando una mala pasada, quizá tenía el cerebro tan dañado que sufría algún tipo de síndrome de Estocolmo pero, por el momento, decidí hacer caso de lo que sentía y esperaba no equivocarme.

Los días pasaron, la frustración aumentó hasta alcanzar niveles exorbitantes. No recordaba nada de lo que había ocurrido durante ese último año y lo único que tenía eran pistas, si es que podía llamarlas así, que no conseguía conectar entre sí.

 A las pocas semanas decidí desistir, no merecía la pena el esfuerzo y prefería centrarme en mi presente, mi carrera, mi familia y mis amigos, y convivir con la incómoda sensación de que algo me faltaba.

A falta de una semana para Navidad, no había obtenido noticia de él en todo este tiempo, las veces que salimos de fiesta ni él ni su amigo vinieron. Meghan dijo que había tenido que marcharse por algo familiar pero ni si quiera contestaba a mis mensajes, qué digo contestar, ni los leía. Sí, admito que le escribí un par de veces...la primera por interesarme por el estado de su familia y la segunda...bueno, bebí un par de copas de más y, después de haberme pasado semanas leyendo  listas de nombres de bebé en Pinterest, no pude gestionar mi frustración mucho más. 

-¿Sabéis algo de Paula?- Meghan se encontraba tumbada de mala manera en el sillón de Simon. Habíamos pedido comida china para cenar y estábamos viendo una película de miedo. 

-Creo que ha salido a cenar con Alex.- comentó Bella, separando sus labios de los de Simon por primera vez en toda la noche.

- A mi apenas me escribe, todo es Alex, Alex, Alex...- comenté. 

- Es normal.- continuó Bella.- cuando te enamores lo entenderás. 

- Mirad.- dije mostrándoles la última historia de Instagram que Paula acababa de subir.

- Lo que os he dicho.- Bella volvió a recostarse en el sofá. 

- Vamos a subir una historia nosotros, que vea lo que se está perdiendo.- sugirió Meghan.

-Venga.- Simon comenzó a incorporarse mientras Meg preparaba la cámara.

-Yo prefiero no salir.- dijo Bella poniéndose un cojín delante de la cara.

-No seas sosa.- replicó Meghan.

- Es que hoy estoy fea.

- Eso es imposible.- respondimos Simon y yo a la vez. Ambos nos miramos y sonreímos. Me coloqué cerca de él y sonreí a la cámara.

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